Hay infinitas posibilidades a la hora de cocinar con cerdo. Pero si hubiese que quedarse con una de las partes más sabrosas de este animal, esa sería sin duda la que representa el secreto ibérico. De hecho, su nombre no es fruto de la casualidad, ni mucho menos. Más allá de su se trate de una parte “oculta” de la anatomía del cerdo, durante mucho tiempo fue algo limitado a unos pocos privilegiados.
Lo más habitual es prepararlo a la plancha, pero, como veremos a continuación, también puede hacerse al horno y que quede genial. Solo hace falta tener en cuenta algunas cosas.
¿Qué hace falta para cocinar al horno un secreto ibérico?

Más allá de la pieza de cerdo, también es recomendable contar con patatas, que acompañan perfectamente a la carne, así como aceite de oliva, sal, cebolla y pimienta. Dado que no existe una única forma de preparar el secreto, tampoco está de más contar con más especias como el tomillo o el orégano.
Además, si mientras se prepara al horno se le echa un poco de cerveza, el resultado es aún más sabroso.
Un truco antes de elaborar el secreto al horno

Muchos expertos de las excepcionalidades a la hora de preparar un secreto ibérico. La primera de ella consiste en sacar la carne de la nevera un rato antes de cocinarla. Lo idóneo cuando se lleva a cabo este plato es que el cerdo esté a temperatura ambiente antes de ponernos manos a la obra con él.
Además, es igualmente importante secarlo bien, para que no tenga humedad. Así se cocinará mejor.
A vueltas con el aceite y la sal

Como casi todo el mundo sabe, el secreto ibérico es una parte del cerdo grasa de por sí. Por lo tanto, ya sea haciéndolo a la plancha en una sartén o, como en este caso, al horno, no es necesario apenas utilizar aceite. Lo más común es echar solo una gotita a la bandeja en la que se vaya a hacer, pero si no se utiliza nada tampoco pasa nada, puesto que el cerdo ya va a soltar suficiente grasilla.
Y algo similar sucede con la sal. Siendo tan sabroso como es ya de por sí el secreto, el mejor consejo pasa por utilizar muy poca sal o ninguna, y sobre todo no pasarse con ella. Apenas se notará la diferencia.
Las patatas y la cebolla

Al poner el acompañamiento del secreto en la bandeja, es mejor cortar las patatas en rodajas no demasiado gruesas. El secreto no necesita demasiado tiempo para asarse, por lo que de esta forma las patatas también se harán antes. No obstante, siempre depende de gustos. Si las prefieres más hechas, pon en práctica nuestro consejo, mientras que si no es el caso, es más aconsejable hacerlas un poco más gorditas.
A las patatas sí es conveniente echarles un chorrito de aceite por encima, pero también sin pasarse.
¿Cuánto tiempo hace falta tener el secreto ibérico en el horno?

Depende de la potencia y la marca del electrodoméstico, pero lo normal es que solo en unos cuarenta minutos la carne ya esté lista y deliciosa, lista para consumirse. Esto quiere decir que conviene estar pendiente y darle la vuelta más o menos a los veinte o veinticinco minutos, empezando a contar cuando el horno esté caliente.
De todas formas, tanto por el aspecto del secreto como por el olor es fácil determinar el momento en el que está en su punto.
Prestar atención a la cerveza

A medida que el secreto se vaya asando, es natural que la cerveza que echemos en la bandeja de evapore. Si se precia que el líquido ha desparecido por completo, es recomendable echarle un poco más, aunque sin pasarse, para que de nuevo dé tiempo suficiente para consumirse.
Por otro lado, si la pieza de carne en cuestión es más bien fina (el secreto puede tener muchos grosores distintos, como es natural) y se hace antes que las patatas, es tan sencillo como retirar esta primero y las otras un poco más tarde cuando ya estén a su vez asadas.
El mejor acompañamiento para un secreto ibérico

Aunque nosotros nos hayamos decantado por unas patatas para acompañar a un buen secreto ibérico, lo cierto es que hay bastantes alternativas más. Con una ensalada de lechuga y tomate, también quedará genial (y engordará menos, todo sea dicho de paso).
Y si no, otra opción igualmente recomendable es utilizar como guarnición un poco de arroz blanco. No necesita nada más, porque congeniará perfectamente con el sabor y la grasa de la carne.