Roma ha sido el destino escogido por Francisco Rivera y Lourdes Montes para su primer viaje tras el nacimiento de su hijo Nicolás, y aunque pudiera parecer una escapada romántica, el verdadero motivo de este desplazamiento encierra una carga emocional y espiritual muy profunda. Lejos de tratarse de unas vacaciones convencionales, la pareja ha decidido formar parte del Jubileo de las Cofradías que este fin de semana se celebra en la capital italiana, un acontecimiento religioso de gran relevancia que reúne a hermandades de toda Europa para recorrer el centro histórico de Roma en una imponente procesión que culmina en la majestuosa Basílica de San Pedro. Entre las imágenes más veneradas que han viajado hasta allí desde España se encuentran el Cachorro de Sevilla, la Esperanza de Málaga y el Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, representaciones que Lourdes y Francisco han seguido con devoción y orgullo.
Un momento especial

La pareja ha vivido esta experiencia como algo más que un evento religioso; ha sido, en sus propias palabras, una oportunidad de reafirmar su fe y de compartirla con su entorno en un momento de felicidad familiar plena. Desde que naciera el pequeño Nicolás, el matrimonio ha compartido gestos de agradecimiento y esperanza que ahora culminan con este viaje a la ciudad eterna, acompañando a su querida Hermandad del Cachorro, símbolo de sus raíces sevillanas y de su profundo vínculo con las tradiciones. Francisco Rivera, emocionado, publicaba en sus redes sociales una imagen en la Fontana di Trevi con unas palabras que revelan el calado de este viaje: «Donde siempre quiero volver y con quien siempre voy a querer volver». Y es que, para ambos, Roma ha sido el escenario ideal para conmemorar esta etapa tan especial que atraviesan.
Pese a lo ajustado de su agenda y al reciente parto de Lourdes, la pareja ha aprovechado cada rincón de Roma para disfrutar juntos como turistas y también como creyentes. Han visitado lugares emblemáticos como el Coliseo, la iglesia de Santa María de Loreto o la Fontana di Trevi, además de compartir momentos gastronómicos típicos con abundante pizza y pasta, que no podían faltar en una escapada italiana. Cada imagen compartida en sus redes sociales ha sido una ventana abierta a una experiencia íntima y, a la vez, profundamente espiritual. Francisco, quien ha reiterado en varias ocasiones que vive uno de los mejores momentos de su vida, ha confesado en una reciente entrevista a la revista ¡Hola! que estos quince años junto a Lourdes han estado llenos de desafíos, pero también de mucho amor y aprendizaje. «Mi mujer es lo mejor que me ha pasado en la vida», afirmaba con rotundidad.
Por su parte, Lourdes Montes no se queda atrás en cuanto a felicidad y realización personal. Aunque recientemente ha tenido que reincorporarse a su trabajo en su firma de moda ‘Mi abril’, la diseñadora asegura que se encuentra en un momento de equilibrio emocional. La llegada de Nicolás ha supuesto una alegría inmensa, pero también un nuevo reto en su vida como madre de tres hijos. Aun así, Lourdes se muestra fuerte y entusiasmada, disfrutando de este nuevo capítulo con entusiasmo y ternura. “Estoy en un momento precioso, lleno de amor y calma”, explicaba recientemente, reflejando ese equilibrio que ahora parece haber encontrado entre su vida familiar y sus aspiraciones profesionales.
Lourdes Montes y Fran Rivera, protagonistas

A nivel estilístico, Lourdes también ha captado todas las miradas con sus elecciones para esta visita a Roma. En uno de sus paseos por la ciudad, lució un look de inspiración clásica compuesto por un pantalón negro de tiro alto y una camisa blanca corta, al que añadió unas gafas de sol rojas con forma ‘cat eye’ que aportaban un aire sofisticado y moderno. Su imagen de turista elegante ha sido muy comentada en redes, donde muchos seguidores la han elogiado por su buen gusto y por su capacidad para combinar estilo con comodidad. En una de sus publicaciones, Lourdes titulaba con un sencillo pero evocador: «Vespas en Roma», una frase que encapsula la ligereza y la belleza de esta escapada que, sin perder su componente religioso, también ha sido una celebración del presente.
Más allá de lo superficial, Lourdes se ha abierto recientemente en una entrevista en la que describe cómo es Francisco Rivera como padre. Para ella, ver la entrega del torero con sus hijos ha sido una experiencia conmovedora, sobre todo desde su retirada de los ruedos, que le ha permitido volcarse por completo en su faceta más familiar. Lourdes reconoce que, al estar tan centrado en sus otros dos hijos, la llegada de Nicolás casi le tomó por sorpresa. Sin embargo, también asegura que Fran es un padre muy presente, que juega, ríe y cuida con ternura. “Es el padre fuerte y protector que a los niños les da calma y paz”, afirmaba, destacando cómo la seguridad y estabilidad que Francisco aporta a sus hijos es algo que ella valora enormemente.
La decisión de realizar este viaje a Roma ha sido, sin duda, algo más que una escapada espiritual o turística. Se trata de un gesto simbólico que ha emocionado a toda la familia, especialmente a aquellos más cercanos a las tradiciones cofrades, que han visto en Francisco y Lourdes un ejemplo de compromiso, fe y amor familiar. Esta experiencia no solo ha reafirmado su vínculo como pareja, sino que también ha consolidado su conexión con unas raíces andaluzas que, lejos de diluirse con el tiempo, siguen marcando sus decisiones más íntimas. Desde las procesiones en Sevilla hasta las calles del Vaticano, este viaje ha servido como una declaración de principios: la importancia de la familia, la fe y el amor en el camino compartido. Así, con el pequeño Nicolás esperándoles en casa, Francisco y Lourdes han querido compartir con el mundo una parte de su alma, provocando la emoción de sus seres queridos y la admiración de todos aquellos que siguen su historia.