Uno de los rasgos más mencionados al referirnos a los coches son los caballos. Este concepto que tanto se utiliza sirve para referirnos a la potencia de los automóviles y existe una historia detrás del término.
Para ello, nos tenemos que remontar al siglo XVIII, cuando la llegada de la energía de vapor estaba a punto de provocar la jubilación anticipada a muchos caballos que realizaban duras jornadas de trabajo. En ese momento, James Watt,un ingeniero nacido en Escocia, en un intento de hacer más atractiva su nueva versión de la máquina de vapor, buscó una forma de medir el beneficio que suponía su invento.
Por ello, demostró la potencia de trabajo que podía hacer su máquina en comparación con la de un caballo.