Mercadona ofrece un salvavidas a uno de sus interproveedores

El modelo de negocio de Mercadona se sustenta y tiene éxito gracias, en parte, a sus proveedores. Una relación que fue a más desde 2012 ya que en aquel año Mercadona decidió apostar por la especialización a través de la colaboración con sus interproveedores y proveedores especialistas en cada producto del surtido y hoy cuenta con más de 500 de estos últimos, tanto de frescos como de productos secos. En cuanto a los primeros, los interproveedores, cuenta con 126 fabricantes y es un número menor por una sencilla razón ya que son proveedores que comparten el Modelo de Mercadona y fabrican sus marcas propias.

Mercadona y sus proveedores

Un modelo de negocio que le permite a Mercadona establecer una relación estable y de cooperación a largo plazo con sus proveedores gracias a acuerdos a largo plazo, innovación conjunta y constante, iniciativa empresarial y creación de industria innovadora que genera empleo.

Una relación bonita en la teoría pero que Mercadona ha demostrado en la práctica. Recientemente, se ha conocido como la empresa Caladero que está dedicada a la producción y distribución de pescado y marisco, en exclusiva para Mercadona, ha trasladado su actividad de la planta de Cádiz a la de Zaragoza, donde desarrolla el 80% de su actividad. Una decisión que se hará efectiva en octubre y que obedece a un “proceso de reorganización de la empresa que permitirá reforzar su eficiencia y competitividad, generando sinergias en su actividad logística”.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»29288″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Pero se preguntarán, ¿qué papel juega Mercadona en todo esto? Pues es sencillo, ya que las 86 personas que trabajaban en la planta de Cádiz tienen dos alternativas: 1) trabajar en Zaragoza con una serie de ayudas y beneficios o 2) quedarse en Cádiz e incorporarse a la plantilla de la empresa fundada por Juan Roig. Una muestra de que “se están buscando las mejores soluciones para la plantilla”, según han explicado responsables de Caladero, que también “agradece la colaboración y el esfuerzo realizado por el Comité de Empresa”. Un salvavidas y una buena oportunidad tanto para trabajadores como para la compañía de reforzar su plantilla en dicha región andaluza.

La plantilla de Caladero tiene la posibilidad de integrarse en las tiendas de Mercadona en Cádiz

En caso de aceptar la primera opción se incorporarían a una planta mucho más amplia ya que dispone de 17 líneas de producción frente a la seis que tenía en la región gaditana  y aumentarían la plantilla de una fábrica que da empleo a más de 490 trabajadores. Una fábrica en Cádiz que contaba con unas instalaciones de 8.000 metros cuadrados y en la que producían fundamentalmente mejillones y langostinos y estaba especializada en cocción, fileteado y empanados.

Malos resultados de Caladero para Mercadona

Un salvavidas que ha lanzado Mercadona para la plantilla de Caladero a pesar de que es probable que Juan Roig no esté del todo contento con la compañía puesto que Caladero tiene el cartel de ser “la única compañía con la que Juan Roig ha perdido dinero el año pasado”. Un motivo que no le permite sacar pecho al empresario valenciano con una compañía que acabaron comprando a finales de 2010 tras hacerse con un 83,5% del capital (ya poseían el 16,5% del capital restante).

En concreto, la cifra de pérdidas ha sido de un millón en 2016 frente a las ganancias de 2,7 millones de 2015 y obedece no a una marcha negativa del negocio sino a disputas de Caladero con la Junta de Andalucía que acabaron con el reintegro de una subvención concedida en 2009 y asociada a la planta que tiene en Cádiz, lo que tuvo un impacto negativo en sus cuentas.