Manel Domínguez, escritor sénior: “La edad no me resta energía, me ha enseñado a usarla mejor”

Historias reales que desmontan los mitos sobre la vejez y revelan una nueva manera de entender la felicidad después de los 70

Manel Domínguez, escritor sénior: “La edad no me resta energía, me ha enseñado a usarla mejor”

Con la edad, y a sus 73 años, Manel Domínguez ha asimilado que la etapa que sigue a la jubilación no es un descenso hacia la muerte, sino un terreno fértil para poder llevar a cabo la reinvención. Así lo ha recogido un artículo de La Vanguardia. Él, que es profesor y también escritor, se considera un hombre que ha dejado de correr tras el tiempo para empezar a saborearlo. En su voz hay tranquilidad, aunque también se percibe que hay energía: “La edad no me quita energía, me ha enseñado a ser más eficaz a la hora de administrarla”, sostiene mientras sonríe en un gesto que simboliza tanto la experiencia como el entusiasmo. Su testimonio forma parte de una mayoría de generación de personas mayores que va transformando el relato sobre la vejez en España.

REINVENTARSE CON PROPÓSITO

Manel Domínguez, escritor sénior: “La edad no me resta energía, me ha enseñado a usarla mejor”
Fuente: Freepik

Aproximadamente, desde hace dos años, la jubilación pasa de ser un cierre profesional a ser un nuevo comienzo. Para Susana Gross, el hecho de haber dejado la docencia le permitió vivir su pasión con el hecho de escribir relatos y novelas. Ahora, a los 76 años, ella sentencia sin dudar que “esta es la mejor etapa de mi vida, estoy cumpliendo mis sueños”.

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Las historias que la señora Gross cuenta coinciden con los hallazgos de una investigación que se muestra en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, que relaciona un fuerte sentido de propósito con más optimismo, con más gratitud y con menos riesgo de depresión, entre otras resultados. El hallazgo va más allá de los indicadores físicos: el verdadero argumento está en el sentido que tenemos de la vida. Algunas personas como el también escritor jubilado y profesor Manel Domínguez (73 años) lo reflejan así: “La felicidad no es un regalo, es un logro.

He aprendido que depende de asumir la transformación, de adaptarse al cambio”. Este punto de vista pone de manifiesto que la edad puede liberar de muchas obligaciones —de la familia, del trabajo— y centrar el foco en asumir deseos que se habían aparcado durante mucho tiempo. Al mismo tiempo, encontramos una contradicción habitual: la sociedad sigue relacionando la edad con el declive, con pérdidas, con el aislamiento. Sin embargo, si se tiene voluntad de invertir la relación, se puede dar cabida a un espacio de crecimiento, de creatividad, de disfrute por vivir.

HÁBITOS Y ACTITUDES CON LA EDAD

HÁBITOS Y ACTITUDES CON LA EDAD
Fuente: Freepik

Una vida activa con la edad—en el sentido físico, social, emocional— se erige como uno de los verdaderos motores del bienestar en la vejez. Así se recoge en el artículo en el que Gross inicia la jornada haciendo estiramientos, yoga, natación con su pareja: «El ejercicio físico es un potente antidepresivo y ansiolítico», señala la psicóloga María José Gómez Romero. Y él mismo testimonio empata con investigaciones que subrayan que la actividad -desde la moderada hasta la intensa- tiene correlato y propicia la liberación de hormonas del bienestar y disminuye las de estrés.

Pero no solo gimnasia: la relación con los demás y una rutina variada son también imprescindibles. Así lo atestiguan las palabras de Sole Serra, 81 años, que dice: «Prefiero morir cansada que aburrida», y vive su jubilación entre clases de tai-chi, country y excursiones. Mantener conexiones sociales, participar en actividades recreativas, no caer en el aislamiento son losetas claves.

Sin embargo, el bienestar mental y emocional también se exacerba cuando la persona mayor se ve a sí misma como agente activo de su vida y no como receptor/a pasivo/a. La investigación revisada sobre «sentido de la vida» muestra que este aspecto está incluso vinculado a tasas de mortalidad más bajas.