
Cuando la excelencia académica se une a la valentía de abrir nuevos caminos, surgen personas con una trayectoria que no solo marca un camino, sino que inspira a generaciones. Este es el caso de Francisca Moya del Baño, de la Universidad de Murcia (UMU) como símbolo de transformación, de constancia y de cambio. Convertirse en la primera mujer catedrática de la UMU fue para ella solo el comienzo de una historia mayor. En este artículo exploramos dos facetas relevantes de su vida: su ascenso académico y profesional y su compromiso con la igualdad y el legado para las generaciones futuras.
ROMPER MOLDES Y ABRIR PUERTAS

La trayectoria de Francisca Moya del Baño no fue casualidad, sino firme propósito y adecuación constante. Natural de Cieza, Murcia, comenzó su carrera en la academia como profesora ayudante en 1965 y poco a poco fue ocupando posiciones hasta conseguir la cátedra de Filología Griega. Y lo más importante: aunque le costara mucho trabajo, se convirtió en la primera mujer que consiguió ese rango en la UMU, un hito para la institución y la región.
En su camino académico no solo fue ascender en el escalafón, sino también ampliando espacios de creación y gestión. Fundó el departamento de Filología Clásica en la UMU y lideró la creación del mismo. No solo ocupó un puesto antes, no ocupado por mujeres, sino que hizo de su rol algo con dimensión organizativa y creadora, dotando de infraestructuras académicas nuevas que favorecieron a su disciplina, y que en definitiva favorecieron también a la universidad en su conjunto.
Este camino involucra no solo mérito individual, sino también el haber superado barreras de género, culturales e institucionales. En una época en la que la presencia de mujeres en altos cargos académicos era menos habitual, su logro representa un antes y un después.
IGUALDAD Y EJEMPLO DESDE LA UMU

Más allá de su labor en el ámbito docente y de gestión, Francisca Moya del Baño se ha visto implicada en el ámbito de la igualdad de género, la visibilidad femenina y la responsabilidad social. Su perfil destaca por no limitarse a conseguir un cargorelevante, sino que el hecho de convertirlo en un vehículo de cambio ha permitido que su obra hubiera tenido repercusión fuera del aula.
Su presencia en el itinerario“Murcia, región de mujeres” es un claro reconocimiento a ello. Además, recientemente fue reconocida con el premio “Persona Mayor del Año” en los Premios Mayores Región de Murcia, por su compromiso con la sociedad y su trayectoria de vida activa. Este galardón pone de manifiesto que su influencia no se limita al ámbito universitario, sino que se proyecta hacia la comunidad y su involucración en causas que van más allá de la investigación y de la docencia. Ser referente implica dar respuestas al entorno, verse involucrada y asumir responsabilidades sociales; y ella así lo ha hecho.






