Currículum sénior a la papelera: la discriminación invisible en el trabajo

La discriminación por edad sigue presente en el mercado laboral, pero la formación y la experiencia pueden abrir nuevas oportunidades

Currículums sénior a la papelera: la discriminación invisible en el trabajo

En el mercado laboral actual y a la hora de valorar el currículum, la edad se ha convertido en una barrera invisible, pero poderosa, que limita las oportunidades de empleo para los trabajadores sénior. Un reciente experimento realizado por la Fundación ISEAK reveló que los currículums de personas mayores de 45 años tienen un 50% menos de probabilidades de ser contactados por los reclutadores en comparación con los de jóvenes candidatos. Este fenómeno conocido como edadismo laboral refleja la discriminación sutil pero persistente que margina a un valioso segmento de la población activa.

EL PODER DE REINVENTARSE

Currículums sénior a la papelera: la discriminación invisible en el trabajo
Fuente: Freepik

El edadismo se expresa de forma sutil, aunque con consecuencias visibles. Recientes estudios muestran que el currículum de los trabajadores senior tienen un 50 por ciento menos de probabilidades de recibir respuesta de reclutadores. Este fenómeno no solo resulta injusto, sino que subestima el valor de la experiencia acumulada durante años en el mercado laboral.

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Las empresas tienden a asociar la juventud con flexibilidad y algidez, dejando de lado a profesionales que podrán aportar estabilidad, conocimiento profundo y habilidades como la adaptabilidad desarrollada en contextos más complejos. Este sesgo hace invisibilizar a un segmento muy importante de la población activa que, lejos de ser obsoleto, sigue siendo un motor de talento.

DESTACAR CON EL CURRÍCULUM

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Fuente: Freepik

En este contexto surgen iniciativas que buscan visibilizar y empoderar al talento sénior. Programas como el de “El poder de reinventarse” destacan la importancia que tiene la formación continua y la actualización profesional para aquellos que superan los 45 años. Estas acciones están compuestas por talleres, encuentros y mentorías que les permiten adaptarse a la nueva demanda del mercado, a la vez que muestran sus capacidades a las empresas que valoran la diversidad generacional.

La participación de figuras impresionantes como la de Fernando Romay demuestra que nunca es tarde pera leer, cambiar de sector o incluso mejorar competencias, consolidando la idea de que la experiencia y la capacidad de adaptación no son incompatibles.