La DGT está embarcada en una revolución silenciosa que afectará a cómo nos movemos por las ciudades. Apostando por una movilidad más eficiente y segura, propone fomentar la ocupación mínima de dos personas por coche en núcleos como Madrid, emulando políticas europeas de carriles VAO. Esta iniciativa busca reducir atascos, emisiones y, de paso, mejorar la convivencia urbana.
Junto a ella, sobre la mesa figuran otras medidas polémicas: limitar un coche por vivienda o cobrar una tasa diaria a los no residentes en Islas Baleares. Aunque estén aún en análisis, todas marcarán un antes y un después en la forma de entender el desplazamiento particular.
9Un nuevo modelo de movilidad

Estas normas de la Dirección representan un punto de inflexión en cómo concebimos el uso del vehículo privado. Al exigir un mínimo de ocupantes, tasas para no residentes y límites de registro, se pretende disminuir atascos y emisiones, impulsando alternativas colaborativas y limpias. El reto es lograr un equilibrio entre libertad de circulación y responsabilidad colectiva.
Si bien algunos conductores asumirán estos cambios como una carga, el éxito vendrá al constatar calles más fluidas, menos ruido y aire más limpio. El futuro de la movilidad urbana pasa por compartir, planificar y pensar en el bien común antes que en el desplazamiento individual.