⁠Se revelaron detalles sobre los perros que viajaban en el Titanic y no sé si querrás saberlo

Poco se habla de los perros que viajaban a bordo del emblemático Titanic. Sin embargo, no faltan quienes crearon todo tipo de teorías sobre estos canes. Las leyendas se mezclan con la realidad y se tiene documentada la presencia de 12 pasajeros caninos que abordaban la primera clase.

A partir de lo que se sabe, circularon detalles sobre el origen de estos perros e incluso el de sus dueños. Una de las historias que trascendió es la más conmovedora entre los registros que quedaron luego del triste final del Titanic. En este artículo te lo contamos.

Los perros abordo del Titanic

Según el Museo Nacional de Liverpool, un total de 12 perros se encontraban a bordo del transatlántico cuando ocurrió el desastre. La perrera del RMS Titanic se encontraba en la cubierta F en el costado de estribor y contaba con todo tipo de comodidades, desde amplias y confortables jaulas hasta un sistema de calefacción para que no pasaran frío.

Es así, que solo los pasajeros adinerados podían gozar del lujo de viajar con su perro, puesto que esto costaba lo mismo que el boleto de un niño en la clase más alta del Titanic. Lo trágico es que, de los 12 pasajeros caninos, solo 3 sobrevivieron al desastre.

Los perros sobrevivientes del Titanic

⁠Se revelaron detalles sobre los perros que viajaban en el Titanic y no sé si querrás saberlo

De los 12 perros que abordaban el Titanic solo sobrevivieron tres a la tragedia; aquellos que lograron hacerse de un espacio en un bote salvavidas, resguardados bajo el abrigo de sus dueñas. En uno de los casos, los pasajeros del bote intentaron negar a una mujer a que suba con su perrito, pero después de mucha insistencia de ella, lo consiguió.

Se trata de Elizabeth Rothschild, que viajaba con su marido y su perrito, un pomeranian. No habían tenido hijos y ella volcaba todo su amor maternal en él. La mujer viajaba con su pomeranio en el camarote y alrededor de la 01:05 subió al bote n.º 6 con él en brazos. Nadie vio a la mascota, que probablemente se mantuvo en silencio mientras su dueña lo protegía bajo su abrigo de piel. Cuando el Carpathia los recogió, algunos de los tripulantes se negaron a subir al perrito y se enfadaron con Elizabeth, pero ella insistió y al fin la dejaron pasar con su mascota. La señora Rothschild se quedó viuda, vistió de luto riguroso el resto de su vida y siguió teniendo perros.

Así también, trascendió el trágico caso de la mujer dueña de un Gran Danés, que después de tener la prohibición de que su perro pudiese abordar el bote salvavidas por su tamaño, decidió quedarse en el Titanic junto a su perro. Sin dudas, una historia sumamente conmocionante.