martes, 28 mayo 2024

Lo secuestraron para que toque el piano para Al Capone por su cumpleaños

En el año 1926, un famoso pianista de la época llamado Thomas Waller, vivió un acontecimiento que recordaría por toda su vida: ser emboscado y secuestrado por el equipo de Al Capone mientras volvía caminando a su casa, en Chicago.

Los secuestradores subieron al pianista a punta de pistola a una limusina sin decirle nada más, pero en pleno momento atemorizante, lo más sorprendente llegó después, cuando llegaron al destino y Waller se encontró con un inesperado escenario. En este artículo te contaremos sobre la anécdota increíble que el famoso pianista no pudo olvidar.

Thomas Waller, el pianista que fue secuestrado por Al Capone

Una noche, a fines de la década de los 20, Thomas Waller estaba actuando en el Hotel Sherman de Chicago. A la salida de su presentación, le pusieron un revólver en el abdomen y de repente estaba dentro de una limusina negra. Le taparon la cara y se lo llevaron rumbo a East Cicero. Walls pensó que era su final.

Pero lo más sorprendente llegaría después. Al llegar al destino, lo metieron en un salón elegante, lo llevaron hasta el piano y le dijeron que tocara, y mientras hacía lo que sabía hacer, vio al que más aplaudía su show: Al Capone: el capo de la mafia cumplía años y Waller era su regalo. El cumpleaños duró tres días y por cada pedido de canción iba recibiendo billetes de 100 dólares. Dicen que cuando lo liberaron, tenía 5000 dólares en los bolsillos.

Quién era el pianista que Al Capone eligió de regalo de cumpleaños

Lo secuestraron para que toque el piano para Al Capone por su cumpleaños

Apodado como Fats Waller, fue uno de los grandes pianistas de la historia del swing y del stride piano. Nacido en el barrio de Harlem (Nueva York), Fats fue hijo de un pastor bautista del que aprendió a tocar el órgano y el piano. Waller fue pianista, organista y compositor. Compuso uno de los temas más hermosos del jazz y el blues: Black and Blue.

Fats tuvo un paso por la cárcel por no pagar la pensión alimenticia a su mujer. Cuenta que una noche compuso más de 20 canciones que le encargaron para un musical. Tenía problemas por el alcohol. Murió de frío, por una neumonía, a la temprana edad de 39 años, en un vagón de tren.

A pesar de su corta vida, quedó inmortalizado como uno de los íconos del jazz y del blues. Por su talento y el rotundo éxito que supo tener en su época, no es sorpresa que haya sido el «regalo» que Al Capone eligió para pasar su cumpleaños.


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