viernes, 13 diciembre 2024

El Ayuntamiento de L’Ampolla (Junts) aceptó la «oferta temeraria» de Aqualia

El concurso público para el abastecimiento de agua y alcantarillado en L’Ampolla se paralizó por completo a raíz de un recurso de una de las siete empresas competidoras en el mismo. El Ayuntamiento, gobernado por Francesc Arasa (Sumem, una marca política de Junts), aceptó contra todo pronóstico una oferta a todas luces temaria por Aqualia, según se expone en el escrito al que ha tenido acceso MERCA2.

El Consistorio realizó un concurso de un único lote por un valor total de 11.991.900 euros para poco más de 5.000 contadores de agua instalados en el municipio, siguiendo unos pliegos y condiciones que no se cumplieron después en la oferta ganadora, la de Aqualia, filial de FCC, según se desprende del texto. En el mismo, se señala directamente al «modo de actuar» del Ayntamiento de L’Ampolla, en manos de Junts desde hace más de tres décadas aunque con diferentes marcas políticas -algunas de ellas extintas como Convergència Democràtica de Catalunya-.

De hecho, para la empresa recurrente resulta «particularmente desconcertante» que el Ayuntamiento admitiera una oferta temeraria tanto en la Mesa de Contratación como en el Pleno de L’Ampolla a pesar de que la firma del agua no había justificado de forma material la viabilidad de la oferta «en ningún momento» ni tampoco dio las preceptivas respuestas a las preguntas de la propia Mesa de Contratación. Incluso Aqualia muestra sus quejas por los interrogatorios, según se expone en el recurso.

JUNTS DIO LUZ VERDE A LA ADJUDICACIÓN EN L’AMPOLLA

Aún así, el concurso público continuó su marcha y llegó a realizarse la adjudicación sin explicación de los motivos que justificaran tal contrato. Las anomalías y las dudas que dejaba el concurso no pasaron por alto a las empresas participantes y exigieron un estudio minucioso de las mismas, incluso con la intervención del Órgano de Contratación pública, cuya labor se realizó de forma cautelosa y plenamente garantista.

De hecho, este mismo órgano pidió las aclaraciones a Aqualia debido a las dudas sobre su oferta, un 48% por encima de la media del resto de ofertas y un montante considerado temerario ya que el umbral para este concurso se estableció en el 6,6%, según se desprende de la normativa vigente. La filial del grupo constructor de Carlos Slim dio, sin embargo, algunas pinceladas, pero no respondía claramente a las cuestiones planteadas.

Francesc Arasa (Junts), alcalde de L'Ampolla, aceptó la oferta temeraria de Aqualia
Francesc Arasa (Junts), alcalde de L’Ampolla, aceptó la oferta temeraria de Aqualia

Las dudas se centraron en la estructura de costes e ingresos de su estudio, pero también por las presuntas anomalías presentadas, un notable desajuste en el que llegó a intervenir el órgano de asistencia de la Diputación de Tarragona.

EL MODO DE ACTUAR DE JUNTS LEVANTÓ SOSPECHAS

«Precisamente por el modo de actuar del Ayuntamiento de L’Ampolla a lo largo de todo el procedimiento de contratación, resulta particularmente desconcertante que, primero la Mesa de Contratación y luego el Pleno, hayan adoptado la decisión de admitir la oferta de FCC Aqualia, aun cuando ésta no justifica materialmente la viabilidad de su oferta en ningún momento ni da respuesta a los comentarios que la propia Mesa, el 5 de octubre, realiza sobre su estudio, sin ofrecer ninguna explicación de por qué finalmente se ha admitido», reza el documento al que ha tenido acceso MERCA2.

Ese mismo día, la propia Mesa declara la oferta de Aqualia como «anormalmente baja» y pide explicaciones a la firma para conocer su justificación sobre la viabilidad de la oferta. La filial de FCC volvió a dar las mismas explicaciones que en mayo, cuando se las pidieron por primera vez, aunque eleva el tono en su escrito.

Por qué se aceptó esta oferta con la última justificación de Aqualia cuando no arrojaba luz sobre las dudas vertidas

Según el recurso, la empresa adjudicataria llega a poner el «grito en el cielo» por el nuevo requerimiento y se niega a aportar documentación adicional, un hecho desconcertante dado que se habían detectado anomalías en sus cálculos y el trámite de justificación de ofertas temerarias estaba muy definido en los pliegos. De hecho, según las fuentes del sector consultadas por este medio, es una práctica habitual en este tipo de adjudicaciones.

AQUALIA PUSO EL «GRITO EN EL CIELO» ANTE EL REQUERIMIENTO

Según la normativa del concurso, «se entenderá en todo caso que la justificación no explica satisfactoriamente el bajo nivel de los precios o costes propuestos por el licitador cuando esta sea incompleta o se fundamente en hipótesis o prácticas inadecuadas desde el punto de vista técnico, jurídico o económico». Había motivo y había «dudas razonables» mostradas por la propia Diputación de Tarragona para comprobar si la oferta de Aqualia traspasaba los límites, «fuera incompleta o basada en hipótesis y prácticas inadecuadas desde el punto de vista técnico, jurídico o económico». Pero nada hizo saltar las alarmas al Consistorio de L’Ampolla.

Las alegaciones de Aqualia eran «incoherentes» sobre la falta de claridad del requerimiento, con argumentos de relleno y ratificándose en una documentación aportada anteriormente. A su entender, no hacía falta presentar una respuesta más razonada o concreta. Aqualia respondía que «no hay motivo para dudar de la viabilidad de la oferta» y que ya había aclarado todo en mayo. Pero volvió a presentar los mismos papeles como respuesta al requerimiento.

Todo apuntaba que el concurso debía paralizarse en ese momento dado que no se respondieron a las dudas y cuestiones planteadas. Pero sorpresas da la vida. La Mesa de Contratación no llega a justificar el por qué acepta esta oferta dado que Aqualia no la había justificado adecuadamente. Ninguna de las empresas entendía absolutamente nada, a pesar de la baja temeraria, más cuando tampoco se justificó la viabilidad económica del proyecto.

Las dudas se centraron el precio unitario del metro cúbico de agua, a razón de 2,0103 euros por unidad, «pero no el precio unitario ofertado de 1,500 €/m3, que produciría una rentabilidad negativa a la concesión». Asimismo, la misma documentación aportada tampoco daba respuesta a las advertencias expuestas por la propia Mesa, la misma que aceptó posteriormente la oferta.

LAS EXCUSAS DE AQUALIA SE EVAPORARON

«Ante la imposibilidad de justificar ese precio unitario si no se acuden a esos otros ingresos ajenos a la concesión, lo que se le advirtió por la Mesa que no podía hacer, FCC Aqualia opta por amedrentar al Órgano de Contratación, recriminándole que ya le ha aportado esta información en el trámite anterior lanzándole toda serie de reproches que llevan finalmente al Ayuntamiento de L’Ampolla a admitir, sin explicación o motivación alguna, su oferta», reza el documento.

Con todo, queda conocer una de las grandes cuestiones en este caso. Por qué se aceptó esta oferta con la última justificación de Aqualia cuando no arrojaba luz sobre las dudas vertidas respecto a los precios, costes e ingresos. La misma Mesa advierte que no puede contemplar una de las partidas previstas en el plan económico y que hay un «desajuste en la proyección de abonados», pero la acepta sin entrar en el fondo de la cuestión: si era viable la oferta teniendo en cuenta sus propias consideraciones.

La jurisprudencia es a veces un obstáculo cuando las cosas no están bien hechas. De hecho, los propios tribunales señalan que «en caso de exclusión de una oferta incursa en presunción de temeridad es exigible que se fundamenten los motivos que justifiquen tal exclusión mediante una resolución especialmente motivada, en los supuestos de conformidad no se requiere que se expliciten de manera exhaustiva los motivos de aceptación».

JUNTS Y SUS CAMBIOS EN EL POLÉMICO CONCURSO DE L’AMPOLLA

El propio recurso la expone y carga contra la Mesa de Contratación y el Pleno del Ayuntamiento de L’Ampolla, con la mayoría de concejales de Junts, por no justificar mínimamente por qué la oferta de FCC Aqualia debe considerarse viable cuando no se han dado los preceptivos cumplimientos a las explicaciones.

A juicio del recurrente, «este cambio de conducta y de criterio en el Órgano de Contratación, ciertamente arbitrario e inmotivado, pues está aceptando una oferta a pesar de haber reconocido que hay partidas en el estudio de la licitadora que son injustificables -sin que aparezca recogida la necesaria motivación-, únicamente puede entenderse ante el tono irrespetuoso y agresivo que utiliza FCC Aqualia en sus escritos, y que teme esta parte que llevara a la Mesa a cuestionarse su propio modo de proceder, aun cuando éste era en todo punto ajustado a Derecho, cediendo finalmente ante la actitud abiertamente hostil de la licitadora».

Hay más motivos por los cuales Aqualia no debió obtener la licitación, a tenor de lo señalado en el recurso. Por estas explicaciones y la amenaza de llevar estas irregularidades al terreno judicial, el Ayuntamiento de L’Ampolla prefirió plegar velas y realizar de nuevo el concurso, con otros pliegos y condiciones.


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