EiDF salió a Bolsa con una nave como único activo: «No valía ni 300.000 €»

EiDF Solar salió a lo grande a Bolsa. La energètica fotovoltaica daba el paso al parqué bursátil, pero lo hizo con el respaldo de unas valoraciones más que infladas, según relatan fuente de la máxima solvencia a MERCA2. Hubo llamadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) denunciando un posible estafa en la operación, pero no saltaron las alarmas en el seno del regulador. La CNMV no tiene entre sus competencias ni auditar ni verificar las cuentas. No es su misión, ni mucho menos, la de la prevención.

No obstante, una pequeña comprobación habría sido suficiente para evitar que la víbora serpenteara por el parqué del BME Growth. Según fuentes de toda solvencia y conocedoras de las andanzas de los hermanos Fernando y Óscar Antonio Romero, las cuentas de EiDF se inflaron de forma exponencial respecto a los números reales. La cotizada, en el ojo del huracán por una posible falsedad documental y en la picota por facturarse a sí misma, saltó con un precio de 57 millones de euros. Entre los activos tan sólo contaba con una nave industrial, situada en el municipio gallego de Barro.

El inmueble se edificó en unos terrenos prácticamente vacíos en ese momento y costó 300.000 euros, un montante por el que se realizó una hipoteca. Es decir, la compañía no destinó tesorería alguna para levantar la pequeña obra del tirón. El resto de valoraciones eran «fruto de la invención» de la cúpula directiva de EiDF, recalcan las mismas fuentes.

NÚMEROS INFLADOS EN LA SALIDA A BOLSA DE EIDF

Los preparativos de la salida a Bolsa de EiDF, los Romero realizaron cambios de calado en la dirección, mientras el papel aguantó unas valoraciones en balance irreales. «Los tornillos con precio de un céntimo se valoraron en balance a un 1,04 y 1,25 euros», señalaron unas fuentes conocedoras de la auditoría el pasado mes de abril. Es decir, más de 100 veces más de su valor real. «Todos los datos de la salida a Bolsa fueron falsos», afirmaron. Una declaración que corroboran otras fuentes consultadas.

Desde el almacén, hasta los stocks e incluso el número de empleados, «cuya cifra se multiplicó por 10». Es decir, algo tan sencillo como contar trabajadores hubiera destapado todo el entramado. Pero no hubo alarma alguna.

Fernando Romero, dueño de EiDF
Fernando Romero, dueño de EiDF

En la documentación, EiDF reemplazó a los auditores, tanto en 2021 como 2022. Todo por «contratar a los mejores» y dar el salto al Mercado Continuo, pero la empresa se ha quedado en el camino tras el serio aviso de la CNMV.

Para captar a los inversores, Fernando y Óscar Romero desempeñaron un papel crucial. Ambos venían del mundo de la especulación y las acciones a través de Sangreal, una agencia de valores con sede en Galicia. Asimismo, conocían los entresijos del mercado, con trabajos para Interdin en su oficina de Barcelona y Galicia y Saxo Bank.

Con Sangreal, los Romero sólo tenían licencia para operar con su propio capital, en ningún caso con el de los clientes. La firma fue debidamente registrada en la CNMV y después reconvertida en Sicav. Con el desplome bursátil de la crisis inmobiliaria, se decidió cerrarla.

LOS ROMERO Y SUS PRESENTACIONES A INVERSORES

Durante ese período, los Romero se codearon con inversores y empresarios de reconocido prestigio. Nombres con los que se presentaban después ante los círculos de posibles accionistas. Según señalan fuentes presenciales en estas reuniones para captar inversores, el presidente de EiDF «se inventaba» literalmente las cifras y daba extrañas explicaciones cuando se le preguntaba sobre cómo obtendría subidas del beneficio de tres dígitos.

Asimismo, mezclaba los números, pero salía siempre airoso. Crecimientos del 100% y del 150% anuales, amplios márgenes y un sinfín de ventajas de depositar los ganados ahorros en su compañía.

Tanto Óscar como Fernando Romero han cosechado a lo largo de los últimos años una larga ristra de demandas judiciales

«Todo eran patrañas, cantos de sirena que se creían los inversores», apuntan las fuentes conocedoras a este medio. «Las cifras no se sostenían por ningún lado, pero eran capaces de vender hielo en el Polo Norte», ahondan. En estas mismas reuniones, Fernando Romero no probaba el alcohol, según detallan las fuentes, pero al mismo tiempo regaban con vino las copas de los invitados a la fiesta particular de EiDF.

«Todas las valoraciones se inflaron», afirman las fuentes consultadas. «Los Romero hicieron un entramado enrevesado entramado empresarial y dejaban a testaferros al cargo», destacan. Para dar apariencia al negocio, EiDF realizaba facturas con empresas controladas por los propio Romero. «Era una operativa que realizaba todo el mundo», justificaban ambos.

ALBUJÓN, LA CARACTERÍSTICA OPERATIVA DE EIDF

No obstante, tanto Deloitte la pasada semana como desde meses en MERCA2 se advirtió de la posible facturación a empresas controladas por Óscar y Fernando Romero. El caso de Albujón es notable. Por esta empresa han pasado varios de los hombres de la máxima confianza de Óscar y emitió facturas a EiDF.

El entramado empresarial de ambos alcanza las 90 empresas, pero Óscar ha salido de todas ellas entre los últimos meses del pasado 2022 y a lo largo de este 2023. No obstante, las empresas continúan funcionando con personas de su confianza. En el caso de Albujón, con Manuel Mojarro y Jacobo Gallego, mano derecha de Óscar Romero.

Tanto Óscar como Fernando Romero han cosechado a lo largo de los últimos años una larga ristra de demandas judiciales por presuntos delitos de estafa, algunas de las cuales están aún activas. En otras, en cambio, los tribunales han desestimado las peticiones de quienes se han sentido víctimas. Las fuentes consultadas a lo largo y ancho de España señalan que el reguero es numeroso, desde Cataluña a Galicia, pasando por Toledo y Madrid, así como en Sevilla.

LA ACTUACIÓN DE LOS ROMERO A LA HORA DE FIRMAR CON INVERSORES

Los relatos entre el caso EiDF, Sangreal y otros muestran prácticamente la misma formulación. Una presentación por todo lo alto, viajes de ensueño y comidas a todo tren con Óscar, aunque más austero es Fernando, con el fin de convencer a los potenciales inversores de sus negocios. A la hora de firmar los contratos, no obstante, ninguno de ellos está presente.

Envían a personal de cierta confianza para formalizar los trámites, como ocurrió en una notaría de Zaragoza. De esta forma, tan sólo ofrecen su palabra a los inversores. El refranero español lo define explícitamente «quien regala bien vende si quien lo recibe lo entiende». El objetivo no es invertir su propio capital, sino captarlo.

Según las mismas fuentes, el capital de Óscar Romero escaparía a todos los controles, más cuando no tiene ningún tipo de bien a su nombre. Ni aparece en una sola de las empresas abiertas años atrás. En las demandas se apunta a posibles testaferros para salvaguardar sus espaldas, pero habrá que esperar de nuevo a la actuación de la Justicia para conocer el desenlace.