miércoles, 11 diciembre 2024

La innovación y las mejoras genéticas se convierten en ejes básicos de la financiación para reconvertir el sector agroalimentario ante la sequía

Los efectos derivados de la falta de agua de los últimos meses en un contexto de cambio climático han puesto en vilo a muchas empresas agroalimentarias, que ven cómo sus cosechas padecen los estragos de la sequía. Con el objetivo de mitigar la caída de ingresos, el sector agroalimentario destina cada vez más recursos económicos a “políticas que impliquen innovación, mejoras genéticas y una gestión más sostenible del territorio”.

Así lo destaca al menos la asociación del sector Cooperativas Agro-alimentarias de España (CAAE), que estima que la producción de cereales en España para este año caiga a la mitad en comparación con 2022, hasta los nueve millones de toneladas.

Para acometer estas inversiones y mejoras técnicas, CAAE reivindica la financiación bancaria como un elemento “clave para garantizar la continuidad de la actividad” de las explotaciones y cooperativas agroalimentarias, ya que aporta la “liquidez” suficiente para preservar la viabilidad del sector y facilitar su recuperación ante los estragos que presenta la falta de agua.

En este sentido, hay entidades especializadas como AgroBank o Unicaja que están incrementando su apoyo al sector agroalimentario para financiar las necesidades de la industria.

AgroBank, líder en la financiación en el sector agroalimentario, ha financiado al conjunto de la cadena agroalimentaria con 13.464,3 millones de euros en el primer semestre de 2023, lo que supone un incremento del 3,1% en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior. La entidad, consciente de las dificultades que atraviesa el sector, ha hecho un esfuerzo por poner a disposición de las empresas préstamos con condiciones preferentes y asesoramiento especializado a través de la extensa red de oficinas que posee el banco por todo el territorio nacional.

En el caso de Unicaja, dispone de productos y servicios que van desde la financiación de cultivos intensivos a los seguros de explotaciones agropecuarias, así como la facilitación al acceso a los Fondos Next Generation.

El director general de CAAE, Gabriel Trenzado, declaró este domingo en un comunicado que «es importante que se apueste por un mayor conocimiento, la modernización de regadíos, así como contar con una política de estado sobre el agua que mejore la coordinación entre instituciones».

El sector agroalimentario remarca que no pretende vivir de ayudas, sino poder innovar en un sector que precisa de una necesaria reconversión a los nuevos tiempos marcados por el cambio climático. Trenzano asevera que la financiación bancaria va “mucho más allá de las ayudas, especialmente en el caso de las cooperativas, cuyas necesidades de financiación requieren de preservar inversiones industriales y el mantenimiento del empleo en muchas zonas rurales para poder abordar el negocio del futuro”.

A su juicio, el hecho de que las ayudas públicas procedentes de la PAC suelen “ser escasas y mal asignadas”, ya que afectan a muchos sectores, los préstamos y la financiación blanda con ayudas públicas puede ayudar al sector a “concatenar campañas cuando toda la inversión se ha perdido”. Esta combinación de recursos podría costar «menos fondos públicos y movilizar más fondos privados».

En este sentido, durante el primer trimestre del 2023, el volumen de crédito que el sector agrario requirió en su conjunto ascendió hasta los 21.122 millones de euros, un 2,1% menos respecto al cuarto trimestre de 2022 y un 4% menos que el mismo periodo que el año anterior, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura.


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