Pocos platos resultan tan sabrosos, nutritivos y reconfortantes como unas buenas lentejas estofadas. En esta ocasión nos alejamos de la convencional receta de lentejas con chorizo para presentar una opción más saludable y ligera, sin perder, eso sí, un ápice de su sabor.
Lo que vamos a presentar a continuación es una receta de lentejas estofadas con verduras, cocinada de forma tradicional y sin prisas, a fuego lento, como dictan las normas de la buena cocina. No sin antes hablar de los muchos beneficios que estas legumbres aportan a nuestro organismo.
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Lentejas: las legumbres estrella
Garbanzos, alubias, habas, frijoles… Afortunadamente son muchas las legumbres que forman parte de la dieta mediterránea. Pero entre ellas podríamos decir que las lentejas son las grandes estrellas dentro del grupo de las leguminosas. Pero, ¿por qué? ¿Cuáles son sus propiedades?
Lo cierto es que las lentejas aportan innumerables beneficios a nuestra salud, lo que las ha convertido en uno de los alimentos más importantes de nuestra gastronomía. Para empezar, las lentejas contienen un elevado porcentaje de proteínas, superior al de otras legumbres como las judías o los garbanzos.
Es más, puede que te sorprenda saber que su contenido en proteínas es mayor que el de algunas carnes y pescados, lo que las hace perfectas para dietas veganas y vegetarianas. De hecho, las proteínas de las lentejas no conllevan el consumo de grasas saturadas, a diferencia de lo que ocurre con algunos tipos de carne.
Asimismo, su alto contenido en fibra favorece la lenta absorción de la glucosa, por lo que son muy recomendables para personas con diabetes. También ayudan a controlar el colesterol y, con ello, a prevenir enfermedades cardiovasculares. Esto es así gracias a la fibra soluble e insoluble presente en estas legumbres, que absorben el colesterol impidiendo que llegue al flujo sanguíneo.
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Detalles opcionales
Así, en un tiempo aproximado de una hora, podremos disfrutar de un plato tradicional, sabroso y nutritivo. Es importante decir que se trata de una receta base a la que podemos incorporar o restar ingredientes. Por ejemplo, junto a las lentejas podemos cocinar un par de patatas, y también aliñar con un poco de vinagre si lo deseamos. Todo depende de nuestros gustos.
Una buena opción para darle un toque más personal a nuestra receta es añadir un huevo cocido troceado en cada plato, un complemento que suma proteínas a las ya existentes en las legumbres y las verduras. Por otro lado, se puede añadir un poco de cebolla y/o un diente de ajo, ambos alimentos con un alto poder antioxidante.
En cuanto a las especias, el pimentón puede darle un sabor especial al conjunto, así como la cúrcuma que, además, es muy recomendable para evitar la inflamación intestinal y articular.
Otro detalle que debemos puntualizar es el de la cantidad de caldo, variable dependiendo de si nos gustan las lentejas más o menos espesas. Como vemos, es un plato versátil, adaptable a todos los gustos y muy saludable; un clásico que nunca falla.
