¿Lavar los platos a mano o en el lavavajillas? ¿Cómo ahorramos más?

El elevado precio del agua, sumado a la sequía que estamos sufriendo en los últimos tiempos, han hecho que más que uno nos planteemos cómo podemos ahorrar agua. Es algo necesario, pues el cuidado del medio ambiente depende de todos.

Es aquí cuando nos encontramos con el eterno dilema: ¿cómo gasto más agua? ¿usando el lavavajillas o fregando a mano? Cada cual puede tener su teoría, pero los expertos de la OCU lo tienen muy claro. Según ellos, una de las dos opciones es mucho más eficaz.

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Otras formas de ahorrar agua

agua

Como decíamos antes, el ahorro de agua se ha convertido en algo vital para la supervivencia de nuestro entorno. La situación es alarmante. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en lo que va de año ha llovido un 75% menos que la media de la última década.

Es cierto que impedir la sequía no está en la mayoría de nuestras manos, pero sí podemos aportar nuestro granito de arena con unos sencillos trucos cotidianos. Tanto el medio ambiente como nuestros bolsillos se sentirán agradecidos.

Podemos ahorrar grandes cantidades de agua siguiendo los siguientes consejos:

Aprovecha el agua fría de la ducha. Mientras esperas a que se caliente para poder ducharte, puedes llenar el cubo de la fregona o algunas botellas para regar las plantas.
• Utiliza una cisterna de doble descarga. De esa forma, usará sólo los litros necesarios.

Instala economizadores en los grifos de tu casa. Su precio es bajo y ayudan a reducir notablemente el caudal del agua, sin dificultar en absoluto su salida ni disminuir su presión.

Carga bien la lavadora. De esa forma no te será necesario poner tantas lavadoras y reducirás el gasto en agua y energía. Además, es importante usar programas cortos para prendas poco usadas o de fácil limpieza.

Reutiliza el agua sobrante. Hablamos, por ejemplo, del agua que has usado para lavar verduras o hervir huevos, completamente apta para un segundo uso como regar las plantas.

Compra electrodomésticos con programas ECO. La gran mayoría de los modelos presentes en el mercado actualmente cuentan con ellos, siendo, además, realmente más eficientes.

Cierra el grifo siempre que puedas. Es decir, mientras te enjabonas en la ducha, te lavas los dientes, enjabonas los platos, etc.

Repara los grifos lo antes posible si detectas fugas o goteos.

Descongela los alimentos en el frigorífico en lugar de ponerlos bajo el grifo. No sólo ahorrarás agua, sino que también es más seguro para tu salud, pues el proceso de descongelación ha de ser lento y lo más natural posible para que el alimento se mantenga en óptimas condiciones.

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