Crisis bancaria en EE UU: ¿Deben prohibirse las posiciones bajistas?

IG Markets

PacWest y Wester Alliance desatan los temores en la nueva crisis bancaria en EE UU. Ambas entidades financieras no logran cortar las hemorragias dos meses y medio después de la quiebra y venta de Silicon Valley Bank (SVB). Las fuertes caídas en estos bancos, que no tienen una cobertura de los depósitos bancarios, han suscitado el debate sobre las posiciones bajistas o cortas en los valores más castigados del mercado.

Este tipo de operaciones consisten en alquilar acciones a terceros, venderlas en el mercado y recomprarlas después a precios más bajos en un período de tiempo determinado. Una vez vencido el plazo, el inversor las devuelve a su legítimo dueño, que habrá obtenido una comisión, mientras que el vendedor de las acciones habrá ganado la diferencia entre el precio de venta y el compra.

La maniobra está permitida en los mercados financieros, pero es un síntoma cuando se producen de forma constante en momentos convulsos en la Bolsa. Por un lado, posicionarse bajista quiere decir que el precio de la acción ya no va a recuperar niveles durante el plazo estimado del contrato o incluso antes de que expire el plazo. Sin embargo, son inversiones que conllevan riesgos. Y es que, si el precio de la acción sube, el inversor puede perder más de lo obtenido con la venta de las acciones en la primera operación.

LOS BAJISTAS NO SON LA CAUSA DE LAS CAÍDAS

De esta forma, son operaciones que podrían llamarse especulativas, pero con un profundo análisis de la situación detrás. Y es que, antes de posicionarse en el mercado se buscan las oportunidades en sectores en declive, y después buscar las empresas que peor comportamiento podrían registrar o con un mayor potencial bajista. En el caso de la crisis bancaria en EE UU, tan sólo habría que indagar en firmas estadounidenses de un valor comparable a SVB y después observar sus datos para poder tener una mejor visión de cada una de las entidades financieras cotizadas. Una vez hecho, tan sólo cabe esperar la caída para poder obtener un rendimiento.

Sin embargo, estos inversores bajistas tienen toda la competencia detrás, es decir, inversores que compran a precios más atractivos y amortiguan parte de los descensos o bien consiguen frenar en seco el desplome, obligando después a los bajistas a recomprar a precios más elevados, como ocurrió con GameStop, cuyos accionistas dejaron de vender los títulos y exigían un precio más elevado para vender las acciones.

La recesión entrará en escena a nivel mundial
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En esa empresa, con una única tienda física, los inversores bajistas y oportunistas perdieron miles de millones de euros en esta operativa ya que los tenedores se negaban a vender. La acción se disparó por la propia actuación de los fondos oportunistas.

EN ESPAÑA Y EE UU SE HAN PROHIBIDO LAS POSICIONES BAJISTAS

En España, la CNMV prohibió esta práctica durante dos meses, del 12 de marzo al 18 de mayo de 2020, por la irrupción de la pandemia. La orden alcanzaba directamente a 69 empresas cotizadas, pero la prohibición no ha detuvo el efecto deseado, tan sólo amortiguó la caída. La mayoría de los valores se recuperó con fuerza, pero algunos de ellos han cotizado por debajo de esos niveles después del desplome de 2022.

Prohibir las posiciones cortas sólo prolonga la agonía más tiempo del necesario

El debate en EE UU está tomando cada vez más fuerza con la quiebra de tres firmas bancarias y el acecho de los bajistas, que buscan nuevos trofeos en esta caza particular de la banca regional estadounidense. Las preocupaciones por este tipo de inversión se han disparado al calor del nuevo terremoto bursátil de PacWest y Western Alliance hasta el punto de llega a pedir la prohibición de estas posiciones en el mercado.

La presión hacia los reguladores es máxima, más cuando está permitiendo la que la gran banca estadounidense sea cada vez más grande, tal y como se ha dejado a JP Morgan al comprar First Republic Bank, mientras el temor de que esta crisis provoque un efecto contagio no sólo en EE UU sino en las fronteras europeas son cada vez mayores. Para evitar el riesgo sistémico, los propios reguladores y la Administración estadounidense ha garantizado los depósitos no asegurados de los bancos, con el fin de no provocar retiradas masivas de liquidez.

LA BANCA DE EE UU, BAJO LA LUPA

De esta forma, hay quienes han propuesto hacer obligatorias las garantías sobre todos los depósitos, pero esto supondría un mayor control sobre una banca descontrolada y que ha cuadruplicado su balance en la última década tras las ingentes inyecciones de capital por parte de la Reserva Federal de EE UU. De hecho, el temor es si la situación empeora y no se trata de cinco o seis casos aislados, sino que toda la banca regional estadounidense estuviera en riesgo de quiebra.

La fuerte volatilidad en Pacific West, así como en Western Alliance, denota demasiado miedo entre los inversores, como ocurrió en los prolegómenos de la crisis de 2008, con caídas y rescates de inmobiliarias, como Fannie Mae y Freddy Mac, o la de la aseguradora AIG. Sin embargo, la tormenta se desató después, con la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

En Europa, por ejemplo, ya ha caído Credit Suisse, comprada por su eterno rival UBS, una operación aún a expensas de las decisiones de las Administraciones, pero crucial para calmar las turbulentas aguas. En las últimas semanas, las caídas en las entidades financieras estadounidenses han sido la tónica, como también las importantes recuperaciones y rebotes, como si ya se hubiera visto lo peor. La realidad es que aún se espera que la tormenta estalle. La pregunta es quién y cuándo.

Antes de que ocurra lo peor, en EE UU se ha abierto el debate sobre si deben prohibirse estas posiciones bajistas. La idea no es ni mucho menos nueva, pero sí suele ser contraproducente, ya que sólo consigue frenar la caída de forma momentánea, como ocurrió en septiembre de 2008.

Ese mes, el regulador prohibió las ventas al descubierto de forma temporal, especialmente en el sector financiero, un intento de proteger a las empresas de un ciclón. Sin embargo, ha sido el peor mes de la historia de la Bolsa, con un desplome de más del 20%, pero los mínimos de la crisis se alcanzaron seis meses después, el 8 de marzo de 2009, cuando las prohibiciones y vetos a los bajistas ya estaban desactivados.

LA SEC VETÓ A LOS BAJISTAS SEIS MESES ANTES DE LOS MÍNIMOS

La banca estadounidense está ahora bajo la lupa tras haber obtenido una ingente cantidad de inyecciones de la Reserva Federal desde hace diez años y prohibir las posiciones cortas una vez se muestran las vergüenzas «no es más que hambre para hoy y hambre para mañana». «Un inversor puede vender sus acciones por miedo a perder sus inversiones si ve que la situación es pésima», según señalan fuentes del mercado y analistas a MERCA2.

«La huida de los depósitos de SVB no es más que la consecuencia de la gestión de la entidad financiera», han sostenido. «Prohibir las posiciones cortas sólo prolonga la agonía más tiempo del necesario; nunca ha sido la solución porque tarde o temprano el mercado pone el valor y el precio en su respectivo sitio», profundizan.

En este sentido, creen que si el regulador prohibiera las posiciones bajistas en este momento, podría tener un efecto boomerang. «¿Qué explicación darían los analistas si las entidades financieras caen con el veto?», han considerado. «¿Permitirían mantener las posiciones bajistas ya establecidas? ¿Obligarán a recomprar las acciones?», se preguntan.

La realidad es que los bajistas sólo actúan en función de los números de las propias entidades financieras. «Si un banco cae, caerá o le rescatarán, pero primero caerá», han sostenido. Ante esta espiral bajista tras un nefasto 2022, todas las miradas buscan culpables de la hecatombe y cuanto más grande sea el señalado mejor. Es el caso de Goldman Sachs, a quien acusan de utilizar información privilegiada durante el rescate de SVB, mientras a JP Morgan también le están buscando las vueltas por First Republic.

Cabe señalar que las restricciones de la SEC a las posiciones bajistas duraron sólo 21 días. Sin embargo, en el mercado no sólo te puedes posicionar a la baja con el alquiler de acciones. Existe toda una gama de productos, más o menos complejos y con mayor o menor riesgo, para ganar cuando una empresa se desploma en Bolsa.

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es