La vivienda pierde valor como activo refugio entre los millennials

Frente a otras sociedades, como la cultura anglosajona, España siempre se ha caracterizado por ser un país propietario. Para muestra, el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, previa a décadas de bonanza del mercado residencial que terminaron de reventar los precios de la vivienda.

No obstante, en los últimos años los hábitos de consumo han variado tanto que ha terminado por afectar también al sector, hasta tal punto que los expertos ya hablan de una “generación de alquiler”. Aunque siendo honestos, la definición resulta bastante injusta.

La multitud de motivos explican la ausencia de interés por parte de los jóvenes en adquirir su primer inmueble

Con todo, el último informe del think than Future Policy Lab, «Vivienda para vivir: de mercancía a derecho”, pone de manifiesto la mercantilización de algo tan básico como los son los inmuebles residenciales, reconocida como derecho en el artículo 47 de la propia Constitución española. No obstante, la tendencia a la que se refiere el reputado estudio implica la polarización de la situación, con contexto de grandes tenedores o personas sin viviendas en propiedad.

Del mismo informe se extrae una diferencia “más acusada» para los jóvenes”. No obstante, la multitud de motivos explican la ausencia de interés por parte de estos en adquirir una vivienda, entre las que se encuentra la ausencia de políticas públicas, puesto que “hace cada vez más difícil su acceso a la vivienda”.

SOLO 1 DE CADA 10 JÓVENES ES PROPIETARIO DE UNA VIVIENDA

Para revertir estas tendencias, el documento plantea una serie de medidas que incluyen la ampliación de la cartera de residencias sociales, la regulación del alquiler o las medidas de fiscalidad redistributiva, entre otras. Si bien algunas de ellas ya las incluye la nueva legislación de la Ley de Vivienda, de reciente aprobación.

La volatilidad laboral es uno de los grandes factores que influyen a la hora de realizar una operación de compra de vivienda por parte de los más jóvenes y millennials. Un contexto que para nada es coyuntural sino que lleva años en decadencia y con previsiones no muy positivas.

8 de cada 10 españoles poseía una vivienda en 2022.

Según el mismo estudio, “los hogares que compraron su primer inmueble entre los años setenta y noventa se beneficiaron de una situación económica favorable, mientras que a quienes entraron en el mercado de la vivienda a partir de la década de 2000 les ha penalizado la precariedad del mercado laboral”.

Esto significa una caída casi en picado del porcentaje de jóvenes con alguna vivienda en propiedad, frente a los altos datos que detallan propietarios más adultos. No en vano, según el portal inmobiliario Fotocasa, las cifras correspondientes a la franja de edad de entre 18 y 24 años es de tan solo el 13%, frente a las personas más seniors de entre 55 y 75 años que implica un porcentaje de propietarios del 82%. En valores generales, 8 de cada 10 españoles poseía una vivienda en 2022.

En la línea, Future Policy Lab indica que “en España la propiedad residencial está polarizada: cada vez hay más personas que tienen varias viviendas o que no tienen ninguna”. Y los datos así lo indican: el 48% de los propietarios españoles tiene una vivienda, el 10% posee dos y un mínimo del 2% mantiene tres o más viviendas.

LA CLAVE RESULTA DE LA VIVIENDA SOCIAL

Con todo, durante los últimos casi 40 años, el mercado inmobiliario ha sufrido un crecimiento exponencial que ha provocado el rechazo de los más jóvenes, en un contexto de venta y alquiler inasumibles. No en vano, el precio medio ofertado del metro cuadrado en la vivienda nueva ha crecido un 681% entre 1985 y 2022. 

“Un ecosistema de medidas que deben deben ser consideradas de manera conjunta”

Así, el residencial pierde valor como activo refugio entre los millennials, provocando que una generación entera esté abocada al alquiler (y muchas veces ni eso), pasando así de “un país de propietarios a una generación de alquiler”, equiparando la situación actual a la cultura de otros países europeos como Alemania. Asimismo, según el Property Index 2019 de la consultora Deloitte, los bárbaros son el país europeo con la menor tasa de propietarios (45,7%), con un porcentaje todavía del 54% de personas que viven de alquiler.

En este sentido, el informe «Vivienda para vivir: de mercancía a derecho” propone “un ecosistema de medidas que deben deben ser consideradas de manera conjunta, que corresponden a la consideración de la vivienda como derecho social garantizado, punto de partida básico para un proyecto de vida digna, la regulación del alquiler y medidas de fiscalidad redistributiva.

Elena García
Elena García
Periodista especializada en contenido económico, de finanzas e inmobiliario.