Y de repente…los mercados se volvieron optimistas

IG Markets

Una guerra a las puertas de Europa, la inflación disparada a niveles históricos, temor a cortes de gas y electricidad en invierno y la previsión de una recesión. El panorama para los inversores ha sido tan sombrío durante tanto tiempo que la llegada de las primeras buenas noticias han vuelto a hacer florecer las bolsas. Incluido el decante Ibex. Una dosis de optimismo, tanto en Europa como en Estados Unidos, siempre viene bien, aunque no se conozca con demasiada precisión lo que puede durar.

Por el momento, las cosas parecen responder bien, aunque mejor en Estados Unidos. El Nasdaq ha subido más de un 20% desde sus mínimos, entrando oficialmente en un mercado alcista; el S&P 500, con un aumento del 17%, está al borde de alcanzar territorio alcista también. Apple ahora está a sólo un 7% de volver a valer tres billones de dólares. ¿Las razones para tanto optimismo? Dos. En primer lugar, que la inflación parece que empieza a remitir a medida que las materias primas caen por debajo de su punto de partida en febrero. En segundo lugar, que el mercado laboral estadounidense ha dado de nuevo muestras de fortaleza.

En Europa, la situación es algo más complicada, pero los inversores parecen haber recuperado parte del optimismo perdido. El Cac 40 francés se ha revalorizado en los últimos 30 días un 5,2% y desde los mínimos de principios de julio sube casi un 13%. El siempre retrasado Ibex sube un 7,2% desde el 12 de julio y hasta un 9,2% desde que Rusia atacase deliberadamente a Ucrania. Incluso Italia y Alemania, los dos grandes países en problemas del viejo continente, parecen haber recuperado algo de vigor. La bolsa italiana ha despegado un 4,2% en el último mes, mientras que el Dax 30, el principal índice bursátil alemán, se ha revalorizado en un 2,25% y hasta un 9,6% desde los mínimos de principios de julio. 

EL GRAN TIBURÓN BLANCO DE WALL STREET OPTIMISTA CON EUROPA

Incluso los tiburones de Wall Street parecen ser optimistas con el devenir de las empresas europeas, por primera vez en mucho tiempo. Y es que el fondo de cobertura más grande del mundo, Bridgewater, retiró su gran apuesta contra las firmas del viejo continente valorada en más de 10.500 millones de dólares. Así, el gigante ha reducido dramáticamente esa cantidad hasta dejarla en 845 millones, según los registros aportados ante el regulador estadounidense. En total, el célebre Ray Dalio, su fundador y director, ha decidido retirar (eso sí con ganancias) las posiciones cortas de 25 de las 28 empresas europeas a las que mantenía presionadas.

Esa decisión involucra, obviamente, a la práctica totalidad de países del viejo continente, incluido España. Así, Brigdewater ha retirado su presión bajista de empresas de la importancia de Iberdrola, BBVA o Inditex, lo que predice que no se esperan excesivas caídas en sus cotizaciones próximamente. Sin embargo, todavía la mantiene en contra del Banco Santander, aunque con una cifra mínima del 0,5%, según los registros de la CNMV. Una posición, sin embargo, que parece apuntar más a otras geografías que a la propia España. Al fin y al cabo, entre sus víctimas no estaban otras firmas como CaixaBank o Banco Sabadell que tienen el grueso de su negocio en territorio español.

Muy probablemente, Dalio haya considerado mantenerse todavía en el Santander por dos razones. La primera es que la firma cántabra todavía arrastra un nivel de morosidad alto, a consecuencia de comerse el Popular, mientras que su nivel de capital está entre los más bajos. Ambas circunstancias están muy penalizadas en bolsa. Pero el punto más problemático es la evolución de Reino Unido y en menor medida Brasil por su bajo crecimiento. La filial británica de la entidad cántabra ha sido su punto débil en los últimos años a medida que la competencia ha ido limando los márgenes. Ahora, se le añade no solo los problemas macroeconómicos del resto del mundo, sino que se multiplican por el efecto de Brexit y la incertidumbre política. Al final, la suma de esos factores puede seguir tumbando las acciones de Banco Santander para regocijo de Dalio y Bridgewater.

¿HASTA CUÁNDO DURARÁN LAS BUENAS NOTICIAS?

Pero incluso ese escenario sombrío en Reino Unido no se ha plasmado en la evolución bursátil de su principal índice, el FTSE 100, en el último mes. De hecho, se revaloriza un 3,8% y con 7.540 puntos se encuentra a un nivel cercano al que mantenía hace cinco años. Al final, esas cifras vuelven a poner de manifiesto que pese al ingente volumen de noticias negativas que no paran de llegar, los inversores prevén un final de año más tranquilo en lo económico. Y no solo los europeos, sino también sus compañeros estadounidenses.

La retirada de Brigdewater es solo un ejemplo. Y es que según recoge una encuesta reciente de Bank of America, realizada entre el 5 y el 11 de agosto, los inversores estadounidenses no solo se muestran optimistas de cara a los próximos meses, sino que consideran que las acciones europeas pueden hacerlo mejor que las estadounidenses. Todo ello, gracias a las ‘buenas noticias’. En concreto, ocho de cada diez gestores de fondos considera que la inflación caerá en los próximos meses, la proporción más alta desde 2008. Además, el 54% de los encuestados ven «la destrucción de la demanda como el principal tema macro» que está comenzando a contener la ola inflacionaria que sufren las principales economías en este 2022.

Pero ¿puede durar en el tiempo? Esa pregunta es más difícil de responder. Y es que como los bajistas se han apresurado a señalar, la mayoría de las recesiones pasadas incluyeron muchos repuntes impresionantes del «mercado bajista» antes de que los precios de las acciones volvieran a caer. En la caída de las puntocom, el Nasdaq se dejó un tercio de su valor entre marzo y abril de 2000 para después subir más de un 20%, lo que le convirtió en mercado alcista. Pero solo fue un espejismo, ya que el índice no tocó fondo hasta después de dos años. Ahora, todo dependerá de si las buenas noticias siguen llegando.