Los expertos de la salud no dejan de repetirnos la importancia de beber lo suficiente para mantener nuestro organismo hidratado y que pueda funcionar correctamente. Y es que nuestro cuerpo necesita líquidos para realizar todas sus funciones. Sin embargo, consumir agua en exceso puede provocar una sobrehidratación con consecuencias negativas que pueden ser peligrosas. Existe la falsa creencia, difundida constantemente en los medios, de que hay que beber dos litros de agua cada día para tener salud. Esta idea ya ha sido desmontada por la ciencia, ya que la pauta de los dos litros no tiene en cuenta que también ingerimos agua a través de los alimentos.
Por lo tanto, para estar adecuadamente hidratados, no es necesario vivir pegados a la botella de agua. Así pues, una vez que superamos la falsa creencia de los famosos ocho vasos de agua, la pregunta que surge es, ¿cuál es la cantidad adecuada? Los expertos indican que lo ideal es, simplemente, atender al mecanismo de la sed y beber lo que el cuerpo pida, que para algunos serán más que esos ocho vasos y para otros menos. Esto es importante porque un consumo excesivo de agua puede pasarnos factura.
HIPONATREMIA
La hiponatremia es un problema que ocurre cuando la concentración de sodio en sangre es demasiado baja. El sodio es un electrolito que se encarga de regular la cantidad de agua de las células. Por lo tanto, cuando el nivel de sodio disminuye, incrementa el de agua, y las células empiezan a hincharse. Esto puede provocar distintos tipos de problemas. El cerebro es muy sensible a las variaciones en la concentración de sodio en sangre. Por eso, cuando disminuye, el primer indicio es la disfunción cerebral con síntomas como la confusión y el sopor. Si la disminución se produce con rapidez, puede dar lugar a convulsiones y un estupor intenso que derive en coma.
