Colau estrangula a la hostelería en dos arterias de Barcelona

El Gobierno de Ada Colau (BEC) y Jaume Collboni (PSC) aprieta las tuercas aún más a la hostelería. Desde 2015, la alcaldesa de Barcelona ha puesto el objetivo en los grandes núcleos turísticos de la capital de Cataluña. Las trabas comenzaron con moratorias a la apertura de negocios, aplaudidos por empresarios de la restauración y restauración en un momento de récord en la llegada de turistas. No había un aumento de la competencia y los precios de los inmuebles se revalorizan sin cesar desde entonces.

Sin embargo, estos palos en la rueda al crecimiento tiene graves consecuencias en la inversión. Barcelona dificulta la entrada de dinero y sólo los grandes fondos pueden actuar a este nivel de precios, que en algunas zonas llegan a máximos históricos. Sin embargo, en otras zonas de la Ciudad Condal, como el barrio Gótico o el Paseo de Juan de Borbón, considerado una de las zonas prime en el negocio inmobiliario, se materializa el efecto contrario. En esta zona comercial, una de las arterias de la ciudad para bajar a la playa, se ha denegado la concesión de licencias para abrir nuevos restaurantes o bares.

COLAU Y COLLBONI PONEN TRABAS A LA COMPETENCIA

Esta zona es conocida precisamente por las propuestas gastronómicas, algunas de ellas innovadoras, pero también las hay de etiqueta y casera, la más predominante. Sin embargo, ni a Colau ni a Collboni les interesa ampliar la competencia en esta ubicación. De hecho, sí se están concediendo otro tipo de licencias, como tiendas de souvenirs o tiendas de carcasas para móviles. En definitiva negocios que no tienen una clara visibilidad ni tampoco generan mayor riqueza que los bares o restaurantes de la zona.

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En los primeros metros de esta calle desde la playa se contabilizan una veintena de bares, pubs, restaurantes y salas de baile. Un ambiente muy pegadizo al estar enclavado junto a la Barceloneta, la playa de la Ciudad Condal. La vía ha perdido durante la pandemia decenas de bares, pero ya no se les permite reabrir como tales a los nuevos propietarios.

DECLIVE EN BARCELONA DESDE LA LLEGADA DE COLAU

«Colau ha provocado el declive en Barcelona», ha afirmado Miquel Laborde, socio de Laborde Marcet, firma especializada en la inversión de retail, a preguntas de MERCA2. El motivo no es otro que las incansables moratorias del Ayuntamiento que amortajan la inversión en Barcelona. En esta arteria, según apunta, no sólo bares, pubs y restaurantes están en el punto de mira, sino también cualquier negocio relacionado con la alimentación. «Son medidas que impiden a los inversores obtener rentabilidad», ha señalado. Pese a que la alta demanda no deja de crecer, y más este verano, donde se espera una ocupación muy cercana al 100% en alquiler turístico y hotelero.

Una de las medidas de Colau y Collboni para tratar de contentar a los propietarios es ampliar el horario, pero es del todo insuficiente. Sin nuevas licencias de apertura de negocios relacionados con la alimentación la calle corre el riesgo de deteriorarse. El Ayuntamiento se defiende con la creación de ejes verdes, paseos completamente peatonales, como las ‘superislas‘ ideadas por el equipo de Colau. No obstante, el creador de estas zonas ha criticado abiertamente a Colau, viniendo a decir que no han entendido absolutamente nada del proyecto.

EL URBANISMO TÁCTICO AHUYENTA LA INVERSIÓN

Colau se ha apoyado en esta modalidad urbana, definida como «urbanismo táctico», para eliminar carriles al vehículo privado, provocando un mayor caos circulatorio en la ciudad, mientras no se ha realizado una apuesta decidida para incentivar el uso del transporte público, especialmente el que conecta con los municipios del Área Metropolitana de Barcelona con la Ciudad Condal.

De hecho, esta apuesta de Barcelona para los barceloneses, arropada por los anticoches, ha ido en detrimento de Barcelona debido a que una gran parte de los residentes de fuera desisten entrar. Ni hay opción de aparcamiento gratuito ni tampoco hay apenas espacio; tampoco ayuda el precio de los párkings, que no son precisamente baratos.

A todo ello, hay que sumar el gasto de la comida. «Para una familia con hijos es prácticamente imposible. Aparcar, cena para cuatro, tráfico… No compensa«, afirma un padre de familia que vive a tan sólo 9 km de la ciudad. «Preferimos otros municipios que dan, por ahora, facilidades a la hora de estacionar», ha proseguido.

COLAU EXIGE HASTA 10.000 € POR TENER TERRAZA

Asimismo, mientras Colau coarta la libertad económica, Madrid ha despertado la envidia sana en Barcelona. Y es que, Barcelona solo le salva la gran demanda y la escasa oferta que presenta, ha explicado Laborde. En este sentido, ha señalado el gran interés y apetito por hacerse con activos inmobiliarios en los principales ejes comerciales. Sin embargo, hay otra traba más que está costando superar. En este sentido, se ha referido al impuestazo de las terrazas. En concreto, Colau no perdona el pago de 2.500 euros por mesa. Un montante que evita en numerosas ocasiones la rentabilidad para los inversores y dueños de los restaurantes y bares.

El montante se eleva a los 10.000 euros para quienes instalaron una terraza en lugares destinados al aparcamiento de vehículos. Una estrategia que engorda las arcas municipales, mientras se consigue el objetivo de alejar al coche privado. Y es que, se han conseguido suprimir más de 2.600 plazas de parking. El Gremio de la Restauración ve muy razonable esta medida debido la instalación de las mismas se amortizará con los años. Sin embargo, para la nueva inversión es un impedimento importante al aumentar el coste de la inversión.

Laborde recuerda que el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat) fue tumbado por la justicia, pero no la moratoria. Este hecho ha provocado la gentrificación y la presión de precios a otros municipios del Área Metropolitana. Y es que, Barcelona pierde población, mientras las zonas del Vallés la están incrementando. Sin embargo, la inversión en la zona de la segunda corona de Barcelona es de una peor calidad, pese a que la ocupación hotelera está en el 100% en este momento, según apuntan fuentes del mercado.

LA TURISMOFOBIA SE INSTALA EN LA ZONA DEL GÓTICO Y CIUTAT VELLA

Por otro lado, Laborde indica que cuanto menor sea el número de hoteles mayor precio abonarán los huéspedes, independientemente de las estrellas que soporte el inmueble. De esta forma, hoteles de poca calificación exigen un precio acorde con las instalaciones. Por este motivo, el socio de Laborde Marcet considera urgente una regulación a la altura de los turistas. Sin embargo, la apuesta de Barcelona en este momento es la búsqueda de un visitante pudiente, a imagen de otras ciudades de lujo, como Mónaco, París, Roma o Madrid.

La otra arteria que Colau busca hundir es la del barrio Gótico. El Ayuntamiento de Barcelona ha firmado con dos empresas de guías turísticos un pacto para limitar los grupos a sólo 15 personas como máximo. Para Laborde, se trata de una restricción contraria a los derechos fundamentales, como es la libertad de movimiento y asociación.

«Tratan a los turistas como si fueran un mal para la ciudad«, ha criticado el socio. En otras zonas, la limitación es de 30 personas, prácticamente la mitad de un autobús. Los firmantes de esta nueva muestra de turismofobia son Aguicat y Apit.

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es