“La cesión de Sanchis, Buyoooo, puede ser el tercero, gooool del Tenerife”. Este fragmento de la narración de Carlos Martínez en Canal Plus está marcada a fuego en la mente de muchos aficionados del Real Madrid. Forma parte de la historia negra del equipo merengue, que el siete de junio de 1992 perdió ante el Tenerife por 3-2 en la última jornada y le dio el título de Liga al Barcelona de Johan Cruyff. Cepsa era la empresa que patrocinó al club canario esa temporada de aciago recuerdo para el cuadro blanco.
JORGE VALDANO
Tenerife es una isla donde los aficionados del Madrid son mayoría. A priori, el partido ante el cuadro que entonces dirigía Jorge Valdano, que debutó con los canarios como entrenador, no debia representar mayores problemas para el Real, entre otras cosas porque el Tenerife ya estaba salvado y no se jugaba nada, pero el Madrid, que había hecho una segunda vuelta horrible, solo gano un partido fuera de casa en esa vuelta, sucumbió. El choque fue una muestra a pequeña escala del rendimiento del conjunto merengue en los 19 partidos de la segunda parte del campeonato: irregular, con perspectiva negativa, que podría decir una agencia de calificación.
LA VENTAJA DEL REAL MADRID
Los blancos llegaron al encuentro con un punto de ventaja sobre el Barça. Les bastaba hacer el mismo resultado que los azulgrana para levantar la copa, pero fue el equipo culé quien se llevó el gato al agua.
El Madrid había ido de “victoria en victoria hasta la derrota final”. Si el Barça no se llevó la liga antes fue por deméritos propios. Los blancos comenzaron la segunda vuelta como lideres con y un viejo conocido en el banquillo. Leo Beenhhaker, que llegó para “dar espectáculo porque el Madrid de Radomir Antic ganaba, pero aburría a las ovejas. Y vaya que si dieron espectáculo, pero del malo.
Los blancos llegaron al choque del Tenerife después de haber ganador al Valencia. Se plantaron en el Heliodoro Rodríguez López con todas sus figuras, entre las que brillaba el rumano Gica Hagi, que fue quien sostuvo al equipo toda la temporada. Bajo un calor sofocante, las cosas se pusieron rápido de cara para el Madrid. Hagi centró desde la derecha con la pierna mala, la derecha, y Fernando Hierro, que esa temporada marcó 21 goles jugando casi como delantero, de hecho lucía el dorsal 9, anotó de Cabeza.
EL ESPECTADOR Y EL REAL MADRID
El Tenerife era un mero espectador ante el Real Madrid. Se lesionó el portero titular, Agustín, ex del Madrid, y salió Manolo, que solo pudo contemplar como Hagi marcaba un golazo de falta a los 28 minutos. Todo iba bien, pero en el minuto 36, llegó el tanto del Tenerife y al Real Madrid le entró el tembleque de piernas. Un colchonero de pro como Joaquín Sabina habría recitado aquello de “ahórrate el acuse de recibo, estas vísperas son las de después”. En cristiano, esto que pasa es lo que va a suceder.
Se fueron al descanso con 1-2 en el marcador y en la segunda parte, todo lo que podía salir mal, salió mal en el lado del Real Madrid. A Luis Milla le anularon un gol por un fuera de juego posicional de Hagi, que no participó en la jugada, de hecho estaba abandonando su posición. Hubiera sido el 1-3, pero el gol se fue al limbo. Al Madrid le expulsaron un jugador, Villarroya y el central brasileño Ricardo Rocha, como hiciera en la vuelta de las semifinales de la Copa de la UEFA en el campo del Torino, se marcó un autogol en el minuto 77.
LO INEXPLICABLE DEL REAL MADRID
Luego llegó la jugada inexplicable. Sanchis, en lugar de ceder un saque de banda, cede desde casi el centro del campo la pelota al portero, Paco Buyo, que en lugar de dejarla salir por línea de fondo y ceder un saque de esquina, la pone sobre el césped, dejándola en bandeja a Pier, que anotó el 3-2. Las imágenes de Telemadrid dejaron entonces, y ahora también, la duda en el aire, ya que la pelota pudo salir por completo antes de que Buyo la devolviera al tapete verde. Era el minuto 78. El Madrid necesitaba dos goles para ganar, pero no consiguió ninguno.
Ese día nació la leyenda negra del Real en Tenerife. El árbitro fue Raúl García de Loza, que no era el mejor de los “trencillas”, que diría José María García.
El partido trajo cola por las supuestas primas del Barcelona a los canarios y la denuncia de Milla de que un jugador del Barcelona le llamó para ofrecerle dinero por hacer que el Madrid perdiera.
GRACIA REDONDO
La pesadilla se repitió la temporada siguiente, la 92-93, en la que también se jugó la liga en el campo del Tenerife. Perdió 2-0 y Celino Gracia Redondo dejó sin señalar tres penaltis a favor del Madrid.
En el partido de la primera liga perdida en Tenerife estuvo un superclase como Fernando Redondo, que luego fichó por el Real. El restaurante “Príncipe y Serrano” fue el centro de operaciones en 1994 para que Ramón Mendoza consiguiera convencer al presidente del Tenerife de que traspasara a los blancos a al centrocampista de origen argentino, que fue fundamental para que el Madrid levantara dos Champions: «La Séptima» y «La Octava». Algo bueno tuvieron las derrotas ante los canarios, ya que en la campaña 1994-1995 fue Jorge Valdano, ex jugador merengue, quien regresó al Madrid para “devolverle todo lo que le había quitado”. Redondo llegó al Real Madrid de la mano de Valdano, que tuvo el valor de apostar entonces por un joven delantero que es historia viva del madridismo: Raúl González Blanco.
HISTORIA DE CEPSA
Cepsa se encuentra presente en cinco continentes tras una larga e innovadora trayectoria. Su historia comenzó en España en 1929 con la fundación la primera empresa petrolera privada del país: la Compañía Española de Petróleos, S.A. Al año siguiente, la empresa creó la primera refinería española en Tenerife, convirtiéndose en el primer suministrador español de combustibles marinos. “Este mismo año, además, impulsamos nuestros primeros acuerdos con distribuidoras de África y Portugal”, añade la compañía.
Transcurridos más de diez años desde su fundación, en 1940, Cepsa inició su actividad en la exploración y producción de petróleo con la construcción de la Compañía de Investigación y Explotación Petrolífera (CIEPSA), expandiéndose a nivel nacional e internacional. Una década después, en 1950, volvió a convertirse en una empresa innovadora, esta vez al convertirse en el primer fabricante español de lubricantes “para llevar la energía a las personas”. Cuatro años después, fue pionera “en instalar una unidad de platforming en España para mejorar las características de nuestra gasolina” y creó “las primeras unidades de petroquímicos aromáticos de Europa”.
LA EXPANSIÓN
Desde los años 60, la compañía consolida su expansión por el mundo con la apertura de Cepsa Portuguesa S.A, su primera sede fuera de España (1964), la construcción de una red de delegaciones comerciales y filiales en diferentes países europeos como Reino Unido (1980) o las colaboraciones con el Golfo Pérsico (1988) y la compañía francesa Elf Aquitaine (1990), entre otras acciones.
En 1994 llega uno de los mayores “hitos internacionales” de Cepsa, según destaca la empresa, con el descubrimiento de petróleo en Argelia y en 1995 se incrementa su proceso de internacionalización construyendo la primera planta industrial química de CEPSA en Canadá, mientras que en 2015 construyó otra en Shanghái, uno de los mercados de mayor potencial de crecimiento del mundo. Además, en 2018, fue la primera compañía que lograba agrupar los servicios de electricidad, gas natural y carburante en una misma oferta con Cepsa Hogar.
EL AÑO 2O2O
En 2020 creó la nueva dirección de ESG (Environmental, Social and Governance) e hizo la configuración del nuevo comité de dirección, mientras que en 2021 se produjo el bombramiento de Maarten Wetselaar como nuevo CEO de la compañía y sellaron la primera gran alianza para acelerar la movilidad eléctrica en España y Portugal con Endesa. Este año han lanzado la estrategia «Positive Motion». «Estrategia 2030 para una nueva Cepsa», señala al respecto en su web. «Aspiramos a convertirnos en los líderes en movilidad sostenible, biocombustibles e hidrógeno verde en España y Portugal, así como en una compañía clave en la Transición Energética, poniendo a los clientes en el centro de nuestra actividad y ayudándoles en sus esfuerzos en la descarbonización», remarcan.
La compañía tuvo un beneficio neto ajustado de 310 millones de euros en el 2021