Trabajadores argentinos al rescate del turismo de nieve de Andorra

Pese a sus peculiaridades de microestado soberano, Andorra no es ninguna excepción. El mal que aqueja al sector turístico a nivel global es el mismo que padecen los empresarios del paraíso del esquí en plena temporada de invierno: la falta de mano de obra cualificada en hoteles y restaurantes. El sexto país más pequeño de Europa busca trabajadores argentinos sin la necesidad de pasaporte europeo. El Principado, que vive del turismo de nieve, otorga vacantes a las empresas para que en temporada de invierno contraten personal extranjero.

En Andorra no existen visas de trabajo, sino un permiso conocido como la «tarjeta verde» que otorga el derecho a trabajar y residir en el país por el periodo de vigencia del contrato de trabajo. Será el empleador el encargado de solicitar un permiso para sus trabajadores. Los contratos, que comprenden un período entre los meses de noviembre y abril, durante el invierno europeo, se ofertan en hoteles, centros de esquí, restaurantes y comercios, por lo que se encuentra disponible una gran variedad ofertas de empleo a cubrir.

UN PROBLEMA QUE NO ES EXCLUSIVO DE ANDORRA

«El problema de la falta de personal cualificado es endémico a nuestro sector», de hecho, «hay muchos hoteles, restaurantes y demás establecimientos y no formamos los suficientes profesionales para poder cubrir la demanda que el sector necesita», y a esto se suma a que «tras el Covid-19, el sector más perjudicado es el nuestro», explica en declaraciones a MERCA2, Jordi Daban, CEO de Daguisa Hotels, la segunda cadena hotelera de Andorra.

Los empresarios del turismo «nos hemos visto obligados a cerrar establecimientos durante mucho tiempo, en muchos casos a aplicar un ERTE a los trabajadores e incluso se ha procedido a realizar despidos» en determinadas empresas.

«Esta situación, en algunos casos, y sobre todo en aquellas personas con inquietud y ganas de trabajar, ha producido un cambio de sector». Ante la incertidumbre permanente a la que se ha visto sometido el sector del turismo, estos los profesionales «han descubierto nuevos puestos de trabajo, se han formado y se han adaptado a los requisitos de otros perfiles, han relajado la carga horaria o mejor dicho el desfase horario del sector de la restauración», asegura Daban que incide en que «los salarios vienen a ser básicamente los mismos o si en algunos casos son inferiores, compensa la calidad de vida».

Esto, de alguna manera y «de forma muy comprensible» ha provocado la falta de esos profesionales que el sector tenía. Además, sobre todo en España, «se han alargado los periodos de ERTE», algo que «ha perjudicado de forma significativa a la reincorporación a la actividad», considera Daban.

FORMACIÓN CONTINUA

Para el máximo responsable de la segunda cadena hotelera de Andorra las soluciones a este problema de falta mano de obra son «muy complejas y de difícil ejecución». En este sentido, «se debería apostar por una mayor formación de los trabajadores de nuestro sector, tanto antes de la incorporación al mundo laboral como una buena formación continua dentro de las empresas», opina el CEO de Daguisa Hotels.

Pero a corto plazo, reconoce el representante hotelero, «la única solución es la incorporación de personal extracomunitario, procedentes de países con dificultades laborales». Daban se refiere a un colectivo profesional concreto que tiene formación y no encuentra en sus países de origen un puesto de trabajo que cubra sus necesidades básicas de vida.

En este contexto, la solución resulta «complicada» para los países europeos, «puesto que se generan unos flujos migratorios bastante importantes, que se incorporan a nuestro sistema, desde un punto de vista social, sanitario y educativo, y puede llegar a estresarlo».

Precisamente por eso, conviene destacar que «la hostelería y la restauración no son trabajos atractivos a nuestros jóvenes, simplemente se considera una primera y fácil opción de acceso al mundo laboral y, una vez dentro, les resulta fácil y atractivo encontrar otro lugar de trabajo», además, «no siempre el factor salario es determinante», en estas decisiones.

FALTA DE PERSONAL CUALIFICADO EN ESPAÑA

La remontada del sector turístico avanza a trompicones, con permiso de los sobresaltos a causa de las sucesivas variantes del Covid-19. Tras atravesar todas las fases posibles que oscilan desde el turismo cero a la incipiente recuperación, la enésima de las trabas a las que se enfrenta la industria más importante de España, como pasa en Andorra, es la falta de mano de obra cualificada, que podría incluso ralentizar la recuperación.

La falta mano de obra en el sector turístico es una realidad que amenaza con complicar el ansiado retorno a la normalidad. En concreto, hablaríamos de casi 100.000 trabajadores, según el último informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), que afirma que la escasez de 93.000 trabajadores para el cierre de 2021 ha supuesto un importante déficit en el sector.

Según los datos de WTTC, en España se ha quedado sin cubrir uno de cada once puestos de trabajo en el sector. Al tratarse de uno de los sectores más golpeado por la crisis sanitaria derivada de la pandemia, gran parte del personal del ámbito turístico –y también vinculado a la hostelería- se vio obligado a recolocarse en otros sectores. Con la reapertura paulatina del sector ha supuesto serias dificultades para cubrir los puestos vacantes. El problema está en el riesgo que corre la recuperación del sector sin trabajadores suficientes que la lleven adelante.

El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) Jorge Marichal, confirma que esa carencia en las plantillas se registra «en todos los estratos de la cadena de valor del servicio alojativo», donde la falta de personal cualificado se da en muchos casos por trabajadores que «han decidido volver a sus lugares de origen por el respeto o miedo a la pandemia o a las situaciones económicas que se han derivado de ella».

Una vez con el problema sobre la mesa, toca mirar al futuro: «lo que hay que tener en cuenta ahora es que esta es una situación coyuntural que poco a poco se irá normalizando, pero lo que tenemos que hacer y, en eso estamos muy volcados en CEHAT, es reforzar la cualificación y dotar al sector de ese carnet de cualificación que haga que la gente se sienta partícipe de un sector pujante, valioso para nuestra economía y, ¿por qué no?, que todos los que trabajamos en el turismo nos sintamos orgullosos de trabajar en el sector más competitivo a nivel mundial de la economía española»

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.