Uno de los gestos más habituales en las cocinas de todas las casas es el de freír unas patatas o unas croquetas y al terminar, guardar el aceite de la sartén en la típica aceitera con filtro, para poder reutilizarlo otro día. ¿Te suena? Esta costumbre tan común puede conllevar algunos riesgos, ya que es fácil perder la cuenta de las veces que se vuelve a usar el aceite, calentándolo una y otra vez para diferentes preparaciones.
Lo ideal, evidentemente, sería utilizar aceite nuevo cada vez que freímos algo, pero esta opción se nos antoja bastante utópica e irreal, más teniendo en cuenta el elevado precio del aceite de oliva, que es el que solemos emplear.
ALTERNATIVAS A LAS FRITURAS
Existen alternativas sabrosas y deliciosas a las frituras, que nos permiten cocinar de forma más ligera y saludable, y con menos riesgos. Por ejemplo las freidoras de aire caliente, con las que podemos conseguir un resultado crujiente sin usar apenas aceite. El horneado también puede ser una buena opción para algunas preparaciones, y así podemos reducir las veces que sacamos la sartén y recalentamos el aceite usado.
