Los superricos esquivan el nuevo impuesto de Biden vendiendo millones en acciones

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El impacto de la pandemia ha producido un cambio de paradigma en la economía a nivel global. Los gobiernos de las principales economías e instituciones están llevando a cabo acuerdos para materializar nuevas medidas impositivas a compañías con carácter multinacional y a las grandes fortunas pertenecientes a la élite empresarial. Una de estas medidas es el impuesto a las ganancias del capital del 7% que el que el presidente de Estados Unidos pretende gravar a este tipo de empresas. Y como cada acción conlleva una reacción, algunos de los superrricos ya se están moviendo para evitar que el nuevo impuesto les afecte.

El último en sumarse a la lista ha sido Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, que ha vendido la mitad de las acciones que posee del gigante tecnológico. Se trata de una operación valorada en 285 millones de dólares (unos 250 millones de euros), a través de la cual se ha desprendido de 838.584 títulos del total de 1,7 millones que poseía. Así lo ha revelado The Wall Street Journal (WSJ), que explica que la transacción se llevó a cabo la semana pasada, según un documento presentado a las autoridades federales hace a penas unos días.

Es la mayor desinversión que ha realizado el ejecutivo durante los siete años que lleva al frente de Microsoft. Una operación que ha llevado a cabo en dos días, tal y como consta en la notificación que hizo la tecnológica hace unos días ante la SEC, el regulador bursátil del país norteamericano. Según un portavoz de la compañía, el movimiento ejecutado por Nadella para deshacerse de la mitad de sus títulos ha sido por «razones de diversificación y planificación financiera personal«, además de asegurar que el CEO de Microsoft «está comprometido con el éxito de la empresa».

Pero la verdadera razón de esta gran desinversión es la política fiscal del estado de Washington, tal y como apuntan analistas consultados por el diario estadounidense. Y es que en esta región se gravará un nuevo impuesto del 7% para las ganancias de capital a largo plazo para todas las compañías que superen los 250.000 dólares anuales. El gobierno de Joe Biden tiene previsto implantar esta nueva medida a principios de 2022, por lo que la venta de Nadella concuerda por fechas con un intento de esquivar la nueva tasa.

PRIMERO MUSK, LUEGO EL RESTO

Sin embargo, no es el primer multimillonario que ha ejecutado este movimiento estratégico de venta de participaciones, sino que hace unas semanas el fundador de Tesla, Elon Musk, ya hizo lo mismo. Como cada acto del polémico empresario, Twitter jugó un papel clave en la decisión de vender acciones de su propia compañía. De esta manera, el CEO de SpaceX se ha ido deshaciendo de paquetes de acciones de la compañía que fabrica automóviles eléctricos, tras publicar una encuesta en la red social para que votaran sus seguidores. Hasta la fecha, el magnate ha vendido 4,5 millones de acciones por un valor de 5.800 millones de dólares, aunque todavía no ha alcanzado a deshacerse del 10% total que aseguró.

Una jugada esperpéntica que ha captado la atención general, pero que lejos de tratarse de una nueva «locura» de Musk, los expertos coinciden en que el movimiento estaba más que planificado y su objetivo principal era librarse de verse afectado por el futuro impuesto a las ganancias de capital. Todo ello tras haberse convertido en la primera persona en la historia en acumular una fortuna de 300.000 millones de dólares. En este sentido, Ben Silverman, director de investigación de InsiderScore, ha explicado a WSJ que «los superricos tienen mucha astucia para tratar de no afectar de forma negativa a la cotización mientras se aprovechan del mercado y se adelantan a los cambios en el código tributario».

La capitalización de mercado de Microsoft es actualmente superior a los 2,5 billones de dólares, un 780% más que cuando Satya Nadella entró en la compañía y solo en lo que va de año sus acciones se han revalorizado más de un 50%, cotizando en los 336 dólares. Por su parte, Tesla alcanzó entró el pasado octubre en el selecto club de compañías con una capitalización de mercado de 1 billón de dólares, siendo la segunda empresa que más rápido ha alcanzado ese estatus en la historia. También sus acciones han experimentado un crecimiento muy positivo en 2021, revalorizándose más de un 60% hasta superar los 1.100 dólares actuales.

Con el nuevo impuesto que se implantará a partir del año que viene, los superricos ya están moviendo ficha. Tras Elon Musk, Satya Nadella se ha unido a la estrategia de venta de acciones en su propia compañía para evitar superar el umbral de ganancia establecido. Una tendencia que demuestra las intenciones de las grandes fortunas del país norteamericano frente a la política fiscal que está por llegar.