Final de año complicado para el sector del transporte por carretera. La tensión entre la patronal del transporte y el ministerio del ramo se ha incrementado y ha llevado a que los transportistas hayan declarado el parón de toda la actividad entre los días 19 de diciembre y el 22 de diciembre. La patronal reclama que el Gobierno ha hecho oídos sordos a todas sus reivindicaciones tras varios meses de negociación. Además, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha apuntado que muchas de estas reivindicaciones «exceden del ámbito de competencias del ministerio, sino que se enmarcan dentro de las relaciones privadas que se establecen entre los cargadores y transportistas».
Ambas partes venían negociando desde antes de que comenzara la pandemia el pasado año. Pero una vez declarado el estado de emergencia, debido a las circunstancias excepcionales las negociaciones se paralizaron. A su vez, el Gobierno pidió al gremio seguir trabajando para poder garantizar el abastecimiento de los supermercados. «Se nos pidió por parte de la administración trabajar más para garantizar el suministro de la población y de hecho se modificó la normativa para poder trabajar un 20% más, cuando por Ley no se debería, pero por las circunstancias excepcionales se permitió», explica Juan José Gil, secretario general de Fenadismer.
Tras el cambio de cartera en el ministerio, desde la patronal destacan que, en los 6 meses que lleva la nueva ministra en el cargo, todavía no se ha reunido con ellos para afrontar estas reivindicaciones. «El sector se ha cansado de esperar soluciones a los muchos problemas que tiene sin que la administración nos la facilite. Llevamos dos años negociando un paquete de medidas que son importantes para poder sobrevivir y no encontramos ninguna respuesta», afirma Dulse Díaz, secretario general adjunto de la CETM.
PROBLEMAS SIN SOLUCIÓN
«Había problemas ya en esta negociación en 2019, y otros han acrecentado la problemática», apunta Gil. El problema que se ha sumado es el aumento de los combustibles. «Los carburantes representan el 40% de los costes de explotación de un camión, por tanto, una subida del 30% supondría que tendríamos que incrementar nuestras tarifas», explica el responsable de Fenadismer. A esto se suma que la capacidad de negociación de los transportistas respecto a sus clientes es muy pequeña.
La ministra Raquel Sánchez no ve con preocupación el parón de los transportes
Pero, por ahora, parece que las conversaciones van despacio. La ministra no ve con preocupación el parón que han anunciado los transportistas. «Tenemos margen para hablar como hemos estado haciendo con el sector del transporte», argumentaba Sánchez. La responsable de Transportes comentaba que «somos conscientes de las dificultades que están asumiendo» y que «llevamos tiempo hablando con el sector».
CONDICIONES DIGNAS
Otra de las reivindicaciones de los transportistas, quizás de las más importantes, es el tener unas condiciones dignas para el desarrollo de su profesión. Uno de los motivos que esgrimen para hacer el parón es «la prohibición de que los conductores realicen la carga y descarga de los camiones». Esta práctica, muy común en la mayor parte de las compañías, hace que los propios camioneros sean los que carguen y descarguen la mercancía, con lo que estas empresas se ahorren costes.
Si bien la patronal reclama que el Gobierno tome cartas en el asunto, la ministra ha esquivado su responsabilidad. Sánchez ha aducido que esta reivindicación «excede el ámbito de competencias del ministerio». Así, la ministra ha explicado que esta problemática está dentro de las relaciones empresariales entre ambas partes. Fenadismer ha replicado que «esta medida estuvo en la ley de Ordenación del Transporte española durante 10 años, por tanto, no puede decir ahora la ministra que no compete a ella. En el caso de Portugal ha sido el ministro de Transportes el que ha recogido esta medida en una ley».
Igualmente, otra reclamación de los transportistas es el déficit importante de áreas de descanso seguras en España. «La recomendación de la Comisión Europea es que haya cada cien kilómetros un área de descanso en las vías principales. En España hay 15.000 kilómetros de vías, por lo que hablaríamos de 150 aparcamientos mínimos. En España no llega a la treintena, por lo que los transportistas se ven obligados a aparcar en gasolineras o polígonos industriales, sin ningún tipo de medida de seguridad», confirma el secretario general de Fenadismer.