Una de las primeras decisiones que debe tomar un emprendedor es si empezar su negocio como autónomo o como sociedad. En muchos casos se prefiere optar por la figura de la sociedad mercantil, ya que así la responsabilidad de los socios (aunque solo sea uno) queda limitada. De entre las diferentes modalidades de entidades mercantiles que existen, la Sociedad Limitada Profesional es una de las opciones más desconocidas.
Es cierto que es una forma jurídica a la que no todos los emprendedores pueden acogerse, pero sí puede ser especialmente útil para aquellos que cumplen los requisitos para poder formar una, porque aúna ventajas de la sociedad profesional y de la sociedad de responsabilidad limitada.
¿Cuándo es conveniente formar una sociedad de este tipo?
Es aconsejable en aquellos casos en los que se vaya a ejercer una actividad junto a otros profesionales, compartiendo espacios tales como un despacho y un mismo equipo de trabajo. Aunque varios profesionales podrían trabajar sin ningún problema en un mismo negocio sin estar asociados, esto puede suponer un problema para ellos.
Porque si no existe una sociedad van a tener que responder de las deudas de su negocio con todo su patrimonio personal y profesional. Por eso, si se cumplen los requisitos para poder formar una entidad de este tipo, lo mejor es crearla. Además, tal y como vimos antes, una sociedad puede dar cabida a más profesionales, lo que permite ofrecer un mejor servicio y ganar ventaja competitiva en el mercado.
