Una de las primeras decisiones que debe tomar un emprendedor es si empezar su negocio como autónomo o como sociedad. En muchos casos se prefiere optar por la figura de la sociedad mercantil, ya que así la responsabilidad de los socios (aunque solo sea uno) queda limitada. De entre las diferentes modalidades de entidades mercantiles que existen, la Sociedad Limitada Profesional es una de las opciones más desconocidas.
Es cierto que es una forma jurídica a la que no todos los emprendedores pueden acogerse, pero sí puede ser especialmente útil para aquellos que cumplen los requisitos para poder formar una, porque aúna ventajas de la sociedad profesional y de la sociedad de responsabilidad limitada.
¿Qué es una Sociedad Limitada Profesional?
Una sociedad profesional es sencillamente la unión entre personas que ejercen una misma actividad profesional, mientras que la sociedad de responsabilidad limitada es una entidad mercantil en la que la responsabilidad de los socios queda limitada al capital que hayan aportado a la sociedad.
Una Sociedad Limitada Profesional agrupa a profesionales que ejercen una misma actividad profesional o actividades muy similares y quieren limitar la responsabilidad en caso de deudas.
Este tipo de entidades suelen ser creadas por profesionales con titulación universitaria y que requieren de colegiarse para poder trabajar. Son comunes las de abogados, arquitectos, economistas, etc.
