Roures renovará su pacto audiovisual con Movistar para repartirse LaLiga

Jaume Roures es un empresario muy capaz y odiado por motivos ideológicos en el que anidan muchas paradojas. Entre ellas no está ser rico y de izquierdas, que es igual de legítimo que estar forrado siendo católico, apostólico y romano.

Lo que sí que llama la atención es que el magnate avale con 30 millones de euros a Joan Laporta (para certificar su acceso a la presidencia del Fútbol Club Barcelona) al mismo tiempo que la nave que fundó y capitanea, Mediapro, pide a la SEPI gubernamental un rescate de 300 millones de euros.

El coronavirus ha hecho estragos en la compañía audiovisual, que arrastra una deuda que ronda los 1.000 millones de euros. A esta situación se le añade el fallido intento de gestión de los derechos de la Ligue 1 francesa, que ha sufrido los impagos de la compañía de origen catalán y capital chino.

Roures, cuyo holding está en manos del fondo Orient Hontai, asegura que los derechos audiovisuales galos se han deteriorado a cuenta de que la COVID19 (que sí que ha limado sus previsiones de ingresos, pero quizás las previsiones de Mediapro eran demasiado triunfalistas).

PACTO CON MOVISTAR

Movistar estaba harta de que Mediapro ganase todos los derechos ligueros y, unos días antes del comienzo de las competiciones y en medio de una presión mediática que repercutía en el nerviosismo de accionistas y abonados, siempre concluía con Telefónica pasando por caja ante Roures.

José María Álvarez-Pallete, harto de estas subastas y artimañanas que desprestigiaban a su compañía, llegó a un pacto inteligente con Jaume Roures en 2018. Este acuerdo incluía que Mediapro aparcaba sus apuestas para ser comercializador y operador al alimón (a través de BeIN) y Roures no apretaba y facilitaba que Movistar ganase una subasta liguera por primera vez.

A cambio, Movistar le entregaba la millonaria producción de los encuentros ligueros y convertía a Mediapro en el proveedor estrella de tres ramas de contenido: el canal premium #0 (copado por Roures gracias a la compra de El Terrat, que produce ‘La Resistencia’ y ‘Late Motiv’), el canal temático deportivo #Vamos y la línea de ficción encuadrada bajo el sello Originales Movistar.

Telefónica desembolsó 2.940 millones de euros por tres temporadas de Liga (2019-22). Cierto es que el presidente de la teleco, Emilio Gayo, ya ha dejado claro que no está dispuesto a acercarse a tal cantidad en la negociación que comenzará tras el verano.

«La situación del fútbol no permite los mismos niveles de inversión y está ligado a la calidad del producto que ofreces. Valoraremos la licitación y tomaremos las decisiones cuando se produzca, pero hay que ponerlas en su valor correspondiente«, asegura.

Gayo es conocedor de que Roures prefiere pacto con Movistar a intentar comercializar LaLiga, que no es rentable ni para Telefónica (pero al menos le ayuda a retener abonados). Y en Movistar también saben que, salvo milagro, ni Amazon ni mucho menos Dazn parecen dispuestas a acometer una inversión de semejante envergadura.

ROURES Y LA SUPERLIGA

Roures seguirá siendo fuerte en Movistar mientras desea que Javier Tebas sea capaz de frenar la creación de una Superliga que centralizaría la venta de derechos y dificultaría que Mediapro sacase tajada de los grandes clubes españoles.

El mandamás de Mediapro asegura sobre la NBA futbolera que «Javier Tebas utiliza una frase que igual puede molestar, pero tiene toda la razón, esto se le ha ocurrido a alguien tomando una copa en un bar a las cinco de la madrugada. Porque si quieres bajar a la realidad, no estás vendiendo las eliminatorias Champions y las cantidades que se prometen ni existen».

«Es intentar copiar a los americanos para convencer a los grandes, como en lo que ha derivado la Euroliga. Pero como esto se construye contra las ligas nacionales ya les importa poco a ellos el tema. Nosotros somos los ricos y lo que pase por debajo nos da igual», añadió.

También es cierto que Roures también está ocupado en otros asuntos más pegados al suelo: y es que los técnicos de Mediapro sindicatos en la CNT le amenazan con huelga por la negativa de la compañía a negociar un convenio propio de la empresa.

Y Comisiones Obreras le acusó hace dos meses de echar a once trabajadores «amparándose en la pandemia y en un problema de viabilidad (. . .) Estos despidos se están viendo acompañados, en paralelo, de una disgregación de los trabajadores con la creación espontánea de nuevos ‘centros de trabajo’ donde sólo existen ‘lugares de trabajo’. No podemos dejar de interpretar este hecho como una intención clara de debilitar el derecho de los trabajadores y mermar la capacidad de acción de sus representantes sindicales». ¿Qué dice Roures de esto?