El refrán que llevamos años escuchando sobre el desayuno como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo puede que se haya quedado un poco anticuado. Igual que ocurre con beberse rápido el zumo para que no pierda las vitaminas y otros mitos que han estado conviviendo con nosotros durante largas generaciones.
Hasta que la ciencia y los nutricionistas han demostrado que todo esto no es verdad y que el desayuno no es la comida más importante del día. A continuación te contamos todo lo que deberías eliminar por el bien de tu salud.
4El pan blanco queda descartado del desayuno
Los carbohidratos se dividen en dos grandes grupos: los de absorción rápida y los de absorción lenta. Los de absorción rápida son los que están presentes en la bollería, mermelada o en el pan blanco.
Todos estos productos tienen un muy alto nivel glucémico, esto supone que además de activarse la producción de insulina por parte del páncreas, «que metaboliza lo que puede y el resto lo acumula como grasas«. También volveremos a tener hambre muy pronto y una sensación de muy poca saciedad a pesar de haber hecho un desayuno aparentemente saludable.
Lo mejor es consumir carbohidratos de absorción lenta como cereales, pan integral o frutas con la piel, ya que tienen el índice glucémico bajo.
