Gracias al avance de la tecnología cada vez son más los autónomos que deciden trabajar desde su domicilio. Esto supone ventajas a nivel de conciliación de la vida laboral y familiar, algo que es especialmente complicado para el autónomo, pero también ayuda a ahorrar una gran cantidad de costes mensuales.
El autónomo que decide trabajar desde casa no tiene que tomar la difícil decisión entre alquilar o comprar una oficina, y además se ahorra gastos extra como el recibo de la comunidad, el agua, el gas, etc. A cambio, puede deducirse parte de los suministros de su vivienda como gastos propios de su negocio.
1¿Qué parte de la casa puede quedar afecta a la actividad económica de un autónomo?
Revisando lo que disponen tanto la normativa sobre IRPF como la Ley de medidas urgentes del trabajo autónomo nos damos cuenta de que no cualquier parte de un domicilio privado puede quedar afecto a la actividad económica del autónomo. Debe tratarse de un espacio que se dedique exclusivamente a trabajar.
A efectos prácticos esto significa que si el autónomo monta su oficina en el salón no puede afectar esta parte de su vivienda a la actividad económica, puesto que se trata de un espacio que también es usado para un uso particular. Para evitar tener problemas es mejor contar con una oficina en casa que sea independiente del resto de la vivienda.