Calamares que sean frescos y de calidad, harina de trigo o de garbanzos, y un pan ni duro ni muy esponjoso. Este parece ser el secreto que comparten los mejores bares de bocatas de calamares de Madrid. En MERCA2 recorremos los 10 bocadillos de calamares básicos que debes probar al menos una vez en la vida si viajas a Madrid. ¿En qué se diferencian? ¿Por qué gustan tanto? En la capital el gusto por este aparentemente sencillo bocado es tal que incluso existen y se promueven rutas de los bocatas de calamares para seguir por los más sibaritas. Aunque entre este top diez hay alguno más innovador, la mayoría refleja ese gusto por la tradición y el sabor de siempre.
El origen del bocado más castizo está relacionado con la religión, o más bien con el hecho de que ésta prohibieran en determinados momentos del año la ingesta de carne en algunas festividades. Entonces se les animaba a comer pescados y mariscos. Los calamares eran los más baratos por lo que se hizo popular entre las clases obreras. Ahora los bocatas de calamares son manjar incluso para los paladares más exquisitos, con las elaboraciones más cuidadas. ¿: donde esté el de calamares que se quiten todos”, dijo el escritor Rafael Azcona. En la Glorieta del Emperador Carlos V, sí, al lado de Atocha, y de la zona del Museo del Prado y el Reina Sofía se instaló en 1952 ‘El Brillante’. Hoy está considerado como un lugar de culto para comer los mejores bocatas de calamares, tiernos pero jugosos. Además, puedes pedir diferentes panes y formatos de bocadillo. Ahora bien, el precio no es el más económico (6,5 euros), aunque la calidad que ofrece y el sabor auténtico bien lo merecen.
1BAR DE POSTAS, UN BUEN LUGAR PARA COMPRAR BOCATAS DE CALAMARES
Además de los bares y restaurantes de la Plaza Mayor, toda la Almendra madrileña está poblada de buenos lugares en los que comprar y degustar los mejores bocatas de calamares. Los más auténticos. Así, por ejemplo, en una de las bocacalles entre Plaza Mayor y Puerta del Sol se encuentra el Bar de Postas -sí, está en la calle Postas, número 13-. Aunque se trata de un bar de barrio de los de toda la vida, con su barra metálica, y tamaño más bien reducido, se ha especializado en los bocadillos de calamares muy finos. Aquí son más económicos que en el anterior, pero tienes el hándicap de que no sabes cuándo conseguirás pedir. Tal es la fama y afluencia de gente en busca de sus bocatas de calamares.