Un buen chuletón es una gran delicia para los amantes de la carne. Nada más apetitoso que un buen chuletón bien preparado. Se trata de uno de los platos de nuestra gastronomía que más gusta, aunque solamos comerlos en restaurantes más que en casa.
Una de las razones por las que el chuletón se suele consumir más en restaurantes y sitios de comidas que en casa es que su preparación no es tan sencilla como una chuleta, pechuga o filete. Por eso, se suele dejar esta tarea a profesionales de la cocina y una buena barbacoa.
Hay muchas cosas que pueden hacer que un chuletón esté realmente incomible, así que vamos a mencionar algunas de ellas. Y es que se cometen tantos errores que por uno de ellos que se realice el chuletón podría acabar directamente a la basura, o no aprovecharse como se merece. Sigue leyendo.
Elegir mal la carne del chuletón
La clave principal para disfrutar de un buen chuletón es elegir bien la carne, y que esta sea de calidad. Sino de poco sirve pillarle el truco a la preparación. Lo ideal es apostar por la carne de buey o vaca vieja (la que lleva de 10 a 20 años engordando en pastos naturales).
En su selección, debes comprobar la textura de la grasa. La carne con grasa de color dorado intenso o ámbar es la mejor. El proceso de maduración debe ir de 2 a 5 semanas.
Te recomendamos que vayas a una carnicería de confianza para que te ofrezcan las mejores piezas con las que cuentan, y que aprendas a detectar las diferencias entre un buen chuletón y otro que no lo es tanto. Aunque el precio sea superior, merece la pena porque es un capricho que no te vas a poder permitir todos los días.
