De Guindos ve dos oleadas de fusiones bancarias, aunque con menos urgencia

El Banco Central Europeo y en concreto su vicepresidente, Luis de Guindos, modera su mensaje y parece que ya no ve con tanta urgencia las fusiones bancarias. El supervisor da una tregua al sector tras los avances entre Unicaja y Liberbank, además de los de CaixaBank y Bankia.

Pese a su nuevo discurso, da por hecho que habrá dos oleadas de fusiones. En la primera, la actual, serán “nacionales y más sencillas por la estructura de costes” y en la segunda llegarán las transnacionales. Pues, a su parecer “tiene que haber una combinación”.

Así lo explicaba este jueves durante su intervención en un acto organizado por El Economista, donde se mostraba más cauto que ocasiones anteriores. “Nosotros no definimos ningún tipo de mapa bancario”, el BCE avisa de la situación de “vulnerabilidad financiera” y pone de manifiesto el entorno general, pero tienen que ser los propios bancos quienes se pongan en marcha y actuen. “Podemos avisar e indicar los riesgos futuros”, pero no harán un análisis de cada entidad.

YA NO HAY URGENCIA

El exministro lleva insistiendo desde que arrancó 2020 en que este año si o si, se tendrían que ir produciendo movimientos de consolidación en el sector bancario. Y tras la crisis sanitaria el mensaje se hizo más fuerte. El pasado 20 de julio, adelantaba que “en las próximas semanas y en los próximos meses” se irían produciendo movimientos. Pues, el futuro inmediato de la banca europea implicaba movimientos “tanto a nivel doméstico, como a lo largo y ancho del conjunto de la zona euro con una consolidación transnacional”.

El 1 de septiembre (dos días antes de que Bankia y CaixaBank anunciaran su fusión) recuperaba su mensaje “la pandemia ha hecho más relevante e imprescindible la necesidad de reestructuración”. Ese día también apuntaba que antes de la actual crisis, la rentabilidad de la banca estaba en torno al 6% y en estos momentos no llega al 2%. “Las razones son evidentes” señalaba.

También apuntaba entonces que la caída de ingresos y el aumento de provisiones ha dejado una consecuencia inmediata: valoraciones muy reducidas. Por ello, la consolidación “debería llevarse a cabo de forma rápida y urgente”.

Y LLEGARON LAS FUSIONES

Cumpliendo con sus predicciones, dos días más tarde Bankia y CaixaBank anunciaban que estaban en negociaciones para abordar una posible fusión y apenas unos días después se daban el “sí, quiero” definitivo. En la misma línea, durante los primeros días de octubre Unicaja y Liberbank confirmaban que volvían a intentarlo tras acabar con mal pie hace un año.

Todos los expertos dan por hecho que esto no ha hecho más que empezar, Banco Sabadell también quiere entrar en el juego y contrató a Goldman Sachs, quien explora distintas opciones estratégicas para la entidad.

De manera que, o ha dado su trabajo por finalizado, o quiere alejarse de la sensación de meter presión, pero De Guindos se mostraba diferente este jueves y defendía que la consolidación “no es un fin en sí mismo, es un instrumento útil ante unas circunstancias muy específicas desde el punto de vista de costes, exceso de capacidad y baja rentabilidad”.

PASA LA PELOTA A LA BANCA

El BCE pasa ahora la pelota a la banca. En palabras del vicepresidente, tienen que ser los gestores y los propios bancos quienes vayan viendo, en función de sus intereses específicos, si quieren aprovechar las fusiones. Pues las propias entidades ya deberían contemplar cómo se ha agravado la situación con la crisis y esto ha quedado reflejado “en las cuentas de resultados, la evolución de los ingresos y de sus márgenes”. Por ello, “tendrán que seguir actuando”.

En este sentido, Luis de Guindos adelantaba que las moratorias o los ERTE, instrumentos para frenar el impacto de la crisis del covid-19, acabarán y “al final, la realidad económica se acabará imponiendo, habrá más impagos y un repunte de la morosidad”.

De ahí la necesidad de “incrementar los esfuerzos” y poner solución al problema de la rentabilidad, porque “con rentabilidad tan reducidas, es difícil tener buen comportamiento y hay que actuar”. También contempla que el sector tenga que aumentar las provisiones, tal y como ya está haciendo.

Según datos de la Asociación Española de Banca (AEB), de enero a junio, la banca española perdió perdido 11.531 millones, tras tener que provisionar 26.518 millones.