Codere caldea la Bolsa: los bonistas dan tregua al rey del juego

Este viernes, la empresa de la semana en Bolsa elegida por MERCA2 es Codere, que ve la luz tras los avances en su acuerdo de refinanciación. En las últimas dos jornadas ha recuperado un 18% de su valor bursátil, moderando las caídas del conjunto del año al 46%. Aunque sus títulos cotizan por encima de un euro, muy lejos aún de los 21 euros a los que debutó hace justo trece años.

La historia de Codere empieza en 1980 de la mano de la familia Martínez Sampedro y los hermanos Franco como operador de máquinas recreativas en la Comunidad de Madrid. Pero tres años más tarde, ya habían extendido su actividad por el resto de España y arrancaban su expansión en Latinoamérica. También ampliaban el negocio con salas de bingo, salas de apuestas y casinos.

En apenas unos años ya desarrollaba su actividad en Argentina, México, Uruguay, Brasil, Colombia y Panamá. Paralelamente, apostaron fuerte por Italia. El desembarco digital arrancó primero en España con el lanzamiento de la web y la app de apuestas deportivas en 2014, y después con los juegos de casino en 2015. Con los años se iban sumando el resto de países.

LA FAMILIA MARTÍNEZ SAMPEDRO

El año 2006 marcó un antes y un después, pues Codere quedó exclusivamente en manos de la familia Martínez Sampedro, que decidió un año después sacar a Bolsa a la empresa. El proceso de consolidación que llevaron a cabo durante más de 20 años vino acompañado por varias emisiones de bonos y suscripción de créditos que aún continuaban en 2012, pero también con retrasos en los pagos.

Así, en 2013 acabaron negociando su reestructuración para evitar el concurso de acreedores. En septiembre de 2014, Codere lograba alcanzar un acuerdo mediante el cual sus acreedores se quedaban un 97,78% del capital y los hermanos Martínez Sampedro reducían su participación al 2,22% hasta que finalizase la reestructuración, después los bonistas le venderían de nuevo hasta un 19,5% a precio de mercado.

Codere evitó la quiebra y terminó el proceso en 2016, año en el que decidieron poner en marcha su nuevo Plan Estratégico 2016-2020. Pero los hermanos no pudieron llevar a cabo su plan, pues la reestructuración vino acompaña de la entrada de varios fondos que fueron ganando peso y en 2018 decidieron apartar a los fundadores. En concreto cesaron a Jose Antonio Martínez Sampedro, que era entonces presidente y a Luis Javier Martínez Sampedro, vicepresidente. Estos pasaron a ser únicamente consejeros y actualmente solo tienen un 14% del capital. Norman Sorensen y Vicente Di Loreto quedaron al frente de la compañía como presidente y consejero delegado.

BATALLA JUDICIAL

Entonces arrancó una guerra judicial en la que los fundadores tratan de demostrar que los fondos (que tienen la mayor parte del capital) tomaron el control de la empresa de manera ilegal y evitaron lanzar una OPA a pesar de que actuaban y actúan de manera coordinada.

En concreto, defienden un “modus operandi de connivencia entre fondos” que maniobra contra los antiguos propietarios, pues controlan más del 50% de la firma.

Este proceso judicial, llamado “Discovery”, se lleva a cabo en Estados Unidos contra los fondos americanos Silver Point, Abrams, Contrarian y M&G, así como contra los consejeros que «conspiraron» con Silver Point para hacerse con el control de Codere. El fondo Silver Point también pidió a la justicia una investigación sobre la familia fundadora de Codere, pero de momento, los fondos van perdiendo la batalla.

LLEGA EL COVID

Las cosas no han cambiado mucho en los últimos dos años sin la familia Martínez Sampedro al frente, pues la situación financiera sigue siendo delicada. A principio de 2018, Codere superaba los 1.100 millones de euros de capitalización bursátil, ahora ronda los 160 millones.

La actual crisis también ha calado, pues paralizó por completo la actividad de la empresa. Y precisamente cuando Codere necesitaba pagar a los bonistas (de nuevo con retraso). Pues ya habían contratado el año pasado a Bank of America Merrill Lynch para alargar el vencimiento de dos emisiones de bonos que expiran en 2021.

La compañía le dio de plazo hasta marzo, pero el pasado 27 de abril tuvo que pedir el aplazamiento de la fecha de pago del cupón de unos bonos de 500 millones de euros y 277 millones de euros. También en abril, marcó mínimos históricos en Bolsa. Paralelamente, comunicó a la CNMV que buscaba opciones de financiación para incrementar en 100 millones de euros su liquidez. El grupo, aseguraba disponer ya de 130 millones de euros.

LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Las cosas han mejorado mucho en solo tres meses. El pasado 31 de julio, informaba a la CNMV que el 80,4% de los bonistas existentes mostraron su aceptación a sumarse al acuerdo que supone la emisión de nueva financiación por importe de 250 millones de euros, así como la prórroga de los actuales vencimientos de su deuda, con el objetivo de facilitar de suficiente liquidez a la compañía para continuar con sus operaciones.

Codere ejecutó esta propuesta de refinanciación en dos tramos, uno inicial por valor de 85 millones de euros destinado a dotar de liquidez a la compañía hasta el cierre de la misma y otro adicional por importe de 165 millones de euros que será ofrecido a los bonistas para su suscripción.

A principio de agosto Codere comunicaba a sus bonitas en Reino Unido su intención de lanzar la operación de refinanciación de deuda, que afecta a las actuales emisiones de bonos coemitidas por Codere UK y Codere Finance 2 (Luxemburgo). Para ello, remitió una carta a los tenedores de los bonos existentes de 500 y 300 millones de euros de su filial inglesa, notificándoles la intención de que todos votaran de forma conjunta como una única clase. Este mismo miércoles, la Justicia británica apoyaba su proyecto.