Este sábado se ha reabierto un debate en redes que en realidad, no es nuevo. Desde hace mucho se viene protestando por las dificultades que algunos consumidores o consumidoras sufren a la hora de elegir su ropa en tiendas mainstream como, por ejemplo, Bershka. Muchos critican que se etiquete ropa para personas delgadas como tallas medianas o grandes, de forma que esto pudiera afectar a la salud psíquica de los compradores así como en las personas que verdaderamente necesitan tallas grandes y no las encuentran en este tipo de comercios.
Sin embargo, en esta ocasión el tema ha adquirido otra dimensión después de que, al parecer, algunas personas pidieran la eliminación o se quejaran de las tallas más pequeñas como la 32 o 34, alegando que fomentan la delgadez extrema. Muchas consumidoras se han unido a la disputa para explicar que la solución no pasa por cuestionar este tipo de tallas, ya que debe haber ropa para todos los cuerpos.
Donde parece haber consenso es en la necesidad, según apuntan, de etiquetar mejor la ropa, de manera que no se fomente la presión psicológica que algunos jóvenes sufren por no poder utilizar la talla que, supuestamente, les correspondería. «A mí no me ofende que haya XS, lo que me parece un poco mal es que no haya XL, o que la L sea del tamaño de la M. Creo que las gordas también tenemos derecho a vestirnos con ropa moladora y no con la de tallas grandes que es de señora mayor», expone una usuaria.
GUERRA POR LAS XS DE BERSHKA Y OTROS
De esta forma, muchos consumidores han recalcado que no es la existencia de las XS lo que debe cambiar, sino la forma en la que se efectúa el etiquetado. «Yo creo que el problema no es que haya tallas pequeñas, que, por supuesto, debe haberlas para aquellas personas que son delgadas. El problema de Bershka es que no tiene tallas para las que pesamos más. Yo con un 42 a veces no me entra ni la XL y otras veces ni existe», asegura otra tuitera.