Saudi Aramco, la petrolera estatal de Arabia Saudí, registró un beneficio neto atribuido de 63.532 millones de riales (15.660 millones de euros) en los tres primeros meses de 2020, lo que representa una caída del 23,7% respecto del resultado contabilizado por la compañía en el primer trimestre de 2019, como consecuencia del desplome de los precios del crudo por la caída de la demanda provocada por la pandemia de Covid-19.
«Nuestro desempeño financiero de los tres primeros meses de 2020 se vio afectado por la pandemia de Covid-19, así como por los precios más bajos del petróleo», admitió el presidente y consejero delegado de Saudi Aramco, Amin H. Nasser. «La crisis del Covid-19 no es como nada que el mundo haya experimentado y debemos adaptarnos a la rapidez con la que evolucionan los acontecimientos», añadió.
A pesar de la caída de sus beneficios, la petrolera estatal repartirá 70.320 millones de riales (17.340 millones de euros) en dividendos entre sus accionistas, a razón de 0,35 riales por acción, que serán abonados el próximo 18 de junio.
Los ingresos de la petrolera saudí entre enero y marzo, su primer trimestre completo como compañía cotizada tras su debut en la Bolsa de Riad el pasado 11 de diciembre, cayeron un 15,9%, hasta 250.345 millones de riales (61.706 millones de euros).
El negocio de exploración y producción (‘upstream’) facturó 192.737 millones de riales (47.524 millones de euros), un 18,7% menos, mientras que el segmento de refino y marketing (‘downstream’) recortó un 8,6% sus ingresos, hasta 112.283 millones de riales (17.686 millones de euros).
Durante el primer trimestre, hemos adoptado medidas para optimizar nuestros planes de inversión de capital para 2020 al mismo tiempo que identificamos oportunidades para mejorar nuestra productividad», apuntó Nasser, destacando que la compañía mantiene una significativa flexibilidad para ajustar aún más sus gastos e inversiones en respuesta al impacto del coronavirus en la actividad económica y en la demanda de energía.
