Telepizza, historias contadas a medias y una verdad

Telepizza ha sido una de las compañías que ha estado en boca de todos desde que se inició la crisis sanitaria. El coronavirus ha arrasado gran parte de la economía, pero los servicios de restauración con entrega a domicilio pueden seguir trabajando. La cuestión es el cómo.

En los primeros compases de la crisis, se hizo viral una propuesta de un gobierno regional para que Telepizza se encargase de proporcionar alimento a los menores que se habían quedado desatendidos por el cierre de los comedores escolares. La propuesta no salió adelante, pero lo que nunca se escuchó fue la opinión de los trabajadores de la cadena de pizzerías.

Con el paso de los días, y a través de una denuncia pública de los delegados sindicales de CGT en Zaragoza y Barcelona, hemos conocido que al grueso de empleados de Telepizza esta medida les parecía poco acertada. Una situación que en la cadena de comida rápida no alcanzan a entender por qué llegó a aprobarse. Sobre todo por un motivo: desde el inicio de la crisis sanitaria, y sobre todo cuando han tenido que tomar medidas de protección, en muchos casos han faltado recursos para que todos los trabajadores pudieran realizar su labor sin riesgo de contagiar o ser contagiados.

Así lo denuncian desde esta delegaciones sindicales. De hecho, nunca han entendido por qué se avanzó tanto con esta propuesta cuando el material como guantes y mascarillas escaseaban entre el personal de Telepizza. Y más cuando, una vez decretado el Estado de Alarma, los servicios de restauración a domicilio se convirtieron en esenciales.

EN TELEPIZZA NO LO VEN TAN CLARO

Los trabajadores de Telepizza, en la denuncia pública que hicieron los sindicatos, se sienten relativamente utilizados por la empresas. Estiman que ellos pueden ayudar de múltiples maneras, pero una de ellas no tiene que ser proveer de comidas a los menores que la necesitan.

 Además, en este punto surge un problema con los costes que, desde los trabajadores, aprovechan para denunciar públicamente. Aseguran que los costes de producción son muy baratos con respecto al precio final que tienen los productos. De hecho, denuncian que de haber seguido adelante con las colaboraciones planteadas hubiera sido trampearle a la administración pública, puesto que el precio nunca es acorde con la producción.

Advierten de que los trabajadores son conscientes de que los precios están inflados y que esto, junto con los bajos salarios de la empresa, es la que hace retornar importantes beneficios que se quedan siempre en las mismas manos.

Por último, siguen sin entender -días después- por qué Telepizza se ha prestado a esto sabiendo que hay otras empresas especializadas de catering, y cuya comida es mucho más saludable para los menores. Insisten en que si los trabajadores hubieran tenido que prestar algún tipo de ayuda lo habrían hecho; junto a ellos, no a costa de ellos.

EL PALO FINAL, 2X1

Para rematar la jugada de las últimas semanas, Telepizza ha acordado la aprobación de dos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que alcanzarán a 1.500 personas de las 18.000 que componen su plantilla en España. La empresa completará parcialmente el sueldo de los afectados. La medida tiene efecto a partir del 1 de abril, por lo que los trabajadores han recibido íntegra su nómina de marzo.

Así lo han informado este viernes a Efe un portavoz de la compañía y fuentes sindicales, que han precisado que el acuerdo se sustenta en dos procedimientos: uno por fuerza mayor de 826 empleados y otro por razones productivas -pactado con CCOO y UGT- para otras 693 personas.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.