La consultora Oliver Wyman ha advertido de que el sector retail de alimentación se enfrenta al «colapso» tanto de la oferta como de la demanda que por el momento se esconde bajo un «repentino aumento de la demanda» como apuntan las imágenes de supermercados abarrotados ante la alarma generada por la pandemia del coronavirus.
Según palabras de María Miralles, Retail & Consumer Goods Leader de Oliver Wyman para la región de Europa, Oriente Medio y África, «los retailers de alimentación se enfrentan a colapsos tanto de la oferta como de la demanda», de ahí que, basándose en la experiencia de un país ‘pionero’ en la pandemia como es China, Oliver Wyman alerte de los cambios a los que se va a enfrentar el sector.
En una nota de prensa, la consultora defiende así que, «a pesar de que el sector del retail alimenticio permanece como una de las industrias ‘intocables’ dado su carácter estratégico y su función a la hora de abastecer a la población de recursos básicos», aquel tendrá que acometer acciones para «navegar por una situación desafiante y sin precedentes».
Así, Oliver Wyman pide que se abandonen «los meros planes de continuidad del negocio para instalarse en un escenario de gestión de crisis». Señala que la mayor parte del sector está revisando sus estrategias y gestionando tanto las limitaciones en la cadena de suministro como los vaivenes de la demanda pero advierte de que esta forma de proceder «se antoja insuficiente si el avance de la epidemia continúa desarrollándose al ritmo en que lo está haciendo».
POSIBLE CIERRE DE TIENDAS
Por ello, las compañías han de adoptar un enfoque de ‘Torre de Control’, gracias al cual esté disponible toda la información clave que permita tomar decisiones de una manera ágil y adaptada a cada momento, día a día. En este sentido, cree que muchos tendrán que optar por el cierre de determinadas tiendas cuando existan problemas de suministro o de disponibilidad de los empleados.
Aconseja que los retailers creen un equipo de gestión de crisis que tenga en cuenta los escenarios que pueden desarrollarse tanto dentro como fuera de la empresa, de cara a una toma de decisiones ágil.
«En definitiva, aquellas compañías que planifiquen el modo de sobrevivir con un mínimo estarán en una mejor situación para adaptar su negocio ante la incertidumbre que se avecina», ha advertido la consultora, al tiempo que Luis Baena, Principal de Retail & Consumer Goods de Oliver Wyman, ha afirmado que la situación del sector ante el Covid- 19 «es compleja». «Por ello, los retailers que sepan gestionarla dando la mejor respuesta ante esta complejidad saldrán reforzados de esta situación», ha apuntado.
En este sentido, cree que para tomar decisiones de forma ágil e inteligente ante esta nueva normalidad será fundamental gestionar restricciones en la oferta, el descenso de confianza, afrontar la plaza de empleados y la caída de la demanda, avanzar hacia el estado de mínima operatividad para sobrevivir y predecir el impacto a futuro.
TRABAJAR CON LA COMPETENCIA Y ‘ONLINE’
Por otro lado, mantienen que los retailers habrán de aplicar un modelo que permita evaluar, en cada tienda, la evolución de la demanda, la capacidad para ofrecer un servicio completo o parcial según la disponibilidad de profesionales, y la facilidad para proporcionar asistencia logística, según la localización y la solidez de la cadena de suministro.
Incluso tornarse necesario trabajar junto con la competencia para asegurar la continuidad del servicio», mantiene Oliver Wyman, que advierte también de que la gravedad de la situación en China, Italia o España está acelerando el consumo online.
En esa línea, exponen que de acuerdo a una encuesta de elaboración propia, en el caso chino se produjo un crecimiento de la demanda online entre el 200% y el 600%, que un 62% de los consumidores chinos afirmaron haber comprado más a través de comercio electrónico en el último mes y que hasta un 70% afirmó haber dejado de comprar en establecimientos físicos durante el brote de Covid-19 en su país.
A la vista de esos datos, Miralles subraya que «los retailers de alimentación deben enfocar esta crisis como una oportunidad para superar a sus competidores menos ágiles y construir las bases de un negocio más digital y ágil para el futuro».
Además, los retailers tienen que gestionar sus finanzas teniendo en cuenta tanto el corto como el largo plazo. Por ello, aunque el recorte de gastos actual pueda ayudar a la supervivencia inmediata, no debería hacerse a costa de la construcción de los cimientos del crecimiento futuro. En esa línea, consideran «fundamental tener una visión 360 grados y comprender todas las iniciativas en funcionamiento y aquellas planificadas para el futuro, especialmente las de carácter estratégico, de modo que se tomen las decisiones correctas en materia de inversiones y actividades».
A este respecto, las iniciativas a las que debería darse continuidad incluyen aquellas que proporcionen valor de manera ágil a través de un ahorro de costes factible; que puedan ser medidas y monitorizadas de manera constante, para modificar su rumbo según las necesidades; y, finalmente, que no estén sustentadas por equipos inamovibles, sino, en caso de ser necesario, estar asignadas a miembros del equipo cuya actividad ordinaria esté pausada y que puedan reforzar la prestación del servicio actual.