Aerolíneas: 200.000 M$ de rescate a cambio de mejoras ambientales

El dato es contundente: las aerolíneas necesitarán entre 150.000 y 200.000 millones de dólares. Esta es la estimación dada por IATA sobre la cantidad de dinero público que necesitarán a nivel mundial para hacer sobrevivir al Covid-19. De hecho, las aerolíneas norteamericanas ya han solicitado al Gobierno 50.000 millones de dólares para hacer frente a la caída de pasajeros.

Cifras que superan, y con creces, a las de otras crisis vividas por el sector. Por ejemplo, las pérdidas que sufrieron las aerolíneas en el año 2001, tras los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York, se situaron entre 10.000 y 12.000 millones de dólares, según IATA. De esa cantidad, 7.000 millones fueron pérdidas internacionales, y entre 3,000 y 5.000 millones, por vuelos internos en Estados Unidos. Además, la australiana Ansett y la belga Sabena acabaron en quiebra, entre otras.

Un grupo de senadores demócratas ha pedido que, de llevarse a cabo dichas ayudas, las aerolíneas deben cumplir una serie de requisitos. Y uno de ellos es la mejora de su huella ambiental. Conviene recordar que los aviones son los responsables de, aproximadamente, el 2,5% de las emisiones a nivel mundial de dióxido de carbono. Cifra que podría triplicarse de aquí a 2050.

Expertos apuntan a que se les obligue a utilizar combustibles bajos en carbono si aceptan las ayudas públicas

En Europa, además de exigir a las compañías aéreas que se rescaten regulaciones más estrictas sobre la contaminación del aire y el clima, se aboga por que paguen la parte que les corresponde de impuestos cuando regresen los buenos tiempos. Impuestos de los que están exonerados. “Las autoridades deberían exigir a las aerolíneas que empiecen a utilizar combustibles bajos en carbono una vez que las condiciones mejoren. El dinero público debería apoyar las tecnologías del futuro y no reforzar los errores del pasado», señala Andrew Murphy, director de Aviación en Transport and Environment.

AEROLÍNEAS Y OBAMA

Alitalia ya está nacionalizada. SAS recibirá apoyo de los gobiernos de Dinamarca y Suiza. Son sólo dos ejemplos de cómo las aerolíneas están negociando fórmulas que permitan su continuidad. Air France-KLM, por su parte, buscan una recapitalización. Sólo una treintena, en todo el mundo, disponen de un colchón financiero. Pero dicho colchón tiene fecha de caducidad: alrededor de tres meses.

Para que las turbulencias en las aerolíneas no arrecien, las ayudas serán indispensables. Pero con condiciones. Vincular dichas condiciones ambientales a un rescate de la industria no es algo que no esté ya inventado.

Allá por 2009, con Barack Obama en la presidencia de Estado Unidos, se utilizó el rescate de los principales fabricantes de automóviles para que éstos incluyeran mejoras que hicieran que sus vehículos fuesen menos contaminantes. Chrysler y General Motors, por ejemplo, no devolvieron sólo lo prestado, sino que además mejorarán la eficiencia del combustible en sus automóviles. Desde entonces, contaminan menos, y su menor consumo supone un ahorro para los propietarios.

Cuando sucedieron los atentados del 11-S, imágenes de la NASA mostraron días después cómo la desaparición de los vuelos había mejorado la calidad del aire en Estados Unidos. La situación, con el coronavirus, se está repitiendo. Los satélites demuestran que el Covid-19 había reducido un 25% las emisiones de dióxido de carbono en China. No sólo por menores vuelos de aerolíneas, sino también por la menor producción industrial, y por el menor uso del automóvil. La situación se ha trasladado a Italia. Y ya se está dejando notar en Madrid y Barcelona.