Anemia hemolítica vs anemia ferropénica: ¡las claves para entenderlas!

La anemia es una falta de sangre que puede suceder por distintos motivos. Existen distintos tipos de anemias, de entre ellas las más conocidas son la anemia ferropénica y la hemolítica.

Todos los tipos de anemias tienen en común un déficit considerable de glóbulos rojos en el torrente sanguíneo con todo lo que ello supone:

  • Te sientes más débil.
  • No tienes suficiente oxígeno.
  • Sufres cambios bruscos de humor.
  • El organismo no funciona correctamente.
  • Según la carencia puede llegar a suponer la muerte.

Los síntomas pueden ser parecidos a la de una carencia de eritrocitos, sin embargo, es según su intensidad y del tipo que sea que se denomina de una u otra manera. Veamos las diferencias.

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Consecuencias

globulos rojos

La anemia hemolítica es mucho más grave que la ferropénica. La rapidez y la severidad de esta anemia es según lo avanzada que se encuentre cuando se diagnostique.

Los síntomas de esta enfermedad van desde:

  • Te encuentras más débil de lo habitual y no puedes hacer actividades diarias con normalidad.
  • Te sientes enfermo sin motivos aparentes.
  • Estás mareado y con fatiga.
  • Sufres arritmias.
  • Puede llegar al fallo orgánico.

En el caso de que tengas anemia hemolítica diagnosticada con alguna de las tres deformaciones de glóbulos rojos anteriores existen distintos tratamientos:

  • Deformación tipo A: Necesitas una transfusión de sangre y realizarte una esplenectomía. Esto último es una extracción del bazo, es donde se fabrican los anticuerpos para que tu organismo se proteja de las infecciones por bacterias y, además donde mueren los glóbulos rojos.
  • En una deformación de tipo B: Se realiza exactamente el mismo tratamiento que en el caso de una deformación de tipo A.
  • Si padeces una deformación de los glóbulos rojos del tipo C: En este caso la transfusión no sirve porque los glóbulos siguen muriendo y ese fallo continuará, aunque se te introduzcan nuevos. La única forma de ayudar es haciendo que los eritrocitos tengan mejor calidad y eso es mediante la administración de corticoides.

Siempre que tengas alguno de los síntomas anteriores debes acudir al médico y realizarte un análisis de sangre para comprobar de dónde viene el problema. En absolutamente todas las enfermedades es indispensable un diagnóstico precoz de la misma.

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