Bankia y Banco Sabadell insisten en que no hay nada, ni un movimiento que apunte a que las entidades se fusiones. Lo dijeron los presidentes de los dos bancos el día que presentaron resultados o celebraron su junta de Accionistas y lo han repetido sus consejeros delegados en distintos encuentros a lo largo de 2019.
Sin embargo, los rumores no cesan y el sector no para de preguntar sobre el asunto. Sobre la mesa, preguntas cómo qué pasaría con los 15.486 empleados de Bankia o los más de 17.000 de Sabadell. En conclusión, más de 30.000 puestos de trabajo que se verán afectados en tal caso.
Y esto, mientras sigue sin resolverse otros casos como el proceso de reducción de plantilla previsto en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) al que se acogieron los trabajadores de Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN) en el marco de la fusión entre ambas entidades.
O el ERE que afecta a 201 trabajadores del Banco Sabadell. Seis meses después de la venta del 80% de Solvia a INTRUM, Sabadell comunica este ERE, explican desde CGT. “La dirección se lava las manos ante este atropello laboral, pero CGT la señala como único responsable”.
LA PRESIÓN CONTINÚA
La insistencia del Banco Central Europeo (BCE) en la “unión bancaria” no es nueva, su presidente Mario Draghi lo ha repetido hasta la saciedad y también el vicepresidente de la entidad, Luis de Guindos, que este mismo lunes señalaba en un encuentro la importancia de las fusiones en el sector bancario, aunque es cierto que no se refirió exactamente a estas dos.
Desde Sabadell ven como una constante que desde hace años, los medios o analistas “hagan sus quinielas” sobre posibles fusiones. Y a Bankia le interesa ahora mismo un Gobierno estable “más pronto que tarde”. No es cuestión de partidos, simplemente lo ven favorable por si tuvieran que acometer alguna reforma que pudiera quedar en stand-by. Aunque no han notado por ello “un parón” en su actividad económica. Afirman fuentes del sector.
La conclusión de los expertos es que desde la moción de censura del PSOE a Mariano Rajoy, no ha habido un Gobierno estable y esto ha frenado las conversaciones, que si se habían iniciado antes de junio de 2018. Aunque no entre los presidentes de ambos bancos.
El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, aclaró en el encuentro del lunes que la entidad ya pasó por “un cambio radical” durante la crisis con diversas adquisiciones. Y aunque entiende que los procesos de concentración son naturales, ellos “ya han participado” y ahora están en otra dinámica.
JOSEP OLIU UN «NO» A MEDIAS
Ni Bankia ni Sabadell quieren dejar abierta esta posibilidad y se muestran rotundos en su “no nos hemos sentado a hablar”. Pero lo cierto es que si el rumor sigue es por declaraciones como las del presidente de Sabadell, Josep Oliu cuando señalaba hace unos meses que la entidad no se planteaba esta operación a medio plazo, pero podrían tenerlo en cuenta en el futuro.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri se muestra siempre más preciso. Tras la fusión con Banco Mare Nostrum aseguraba que no se planteaba una fusión con ninguna entidad en los próximos años. De este modo, descartaba los rumores que citan a su banco como candidato a fusionarse con otras entidades españolas como Banco Sabadell o incluso BBVA.
En cuanto a Bankia, lo cierto es que mediante esta fórmula se puede acelerar su privatización. El banco se encuentra en manos del Estado. El FROB tiene un 61% de su capital y el Gobierno tiene de plazo hasta finales de 2021 para llevar a cabo la privatización del grupo.
CAIXABANK SI VE LA OPERACIÓN
En medio de esta tormenta, llega el equipo de analistas de Caixabank para opinar que esta fusión tendría “un buen ajuste estratégico”, geográficamente y comercialmente. Y permitiría la creación de un banco con 382.000 millones de euros en activos totales en España. Además de 435.000 millones de euros, incluidas las operaciones en el extranjero.
La duda que les queda a los expertos del grupo catalán es el componente político, en el aire hasta las próximas elecciones del 10-N. Una opinión que comparten los de JP Morgan que argumentan que es “poco probable” que se realicen fusiones y adquisiciones hasta que haya una política más certera en España. Algo que llegará tras las nuevas elecciones generales del 10 de noviembre.
