Si eres adicto al sexo tienes estos síntomas

Hablar sobre sexo es algo a estas alturas «no debería de hacerte sentir incómodo». A no ser que seas asexual y el sexo no sea una cosa que te motive, mantener relaciones sexuales es algo normal e incluso beneficioso para salud, pero como todo, se debe hacer con moderación.

¿Qué sucede cuando el sexo limita toda tu existencia? Al igual que existe la adicción a las drogas o a los videojuegos, también está la adicción al sexo. Es cuando dejas a un lado tus obligaciones laborales y desatiendes tu vida diaria con tal de echar un polvo.

Es erróneo pensar que los adictos al sexo son unos depravados, es una adicción como otra cualquiera y que, como tal, debe de tratarse mediante especialistas o asistiendo a terapias de grupo.

Si no tienes claro si este puede llegar a ser tu problema te diré unos síntomas que deberías tener en cuenta y de ser así tomes las medidas oportunas para que el sexo no cohíba el resto de tu vida.

No tienes control sobre tu vida

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Cuando tienes una adicción está prevalece sobre el resto de las cosas o rutinas diarias. Lo quieres «ya y ahora» y no te importa el precio a pagar o las consecuencias de tus actos.

En el tema de la adicción al sexo sucede lo mismo. No eres capaz de salir a la calle a dar un paseo por el mero hecho de darlo. Cuando sales estás en modo depredador buscando a una posible pareja para tener sexo. No importa la hora o el lugar, el caso es cubrir tus necesidades.

Haces lo que sea con tal de conseguirlo y eso perjudica a tus amistades, a tu bolsillo e incluso a tu trabajo.

Pones tu vida en peligro

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Cuando tu única preocupación es tener sexo no estás pensando con claridad y puede ser que lo busques de forma peligrosa sin importar las consecuencias para con tu salud.

Si tienes varias parejas sexuales o con diversas personas a la vez, caso que se da con frecuencia en los adictos al sexo, tienes que usar protección por posibles enfermedades de transmisión sexual como sífilis, gonorrea, clamidia o SIDA. Si no usas preservativo puedes estar atentando contra tu vida.

Hay ciertas actividades sexuales como el sadomasoquismo que si no se hacen con cuidado pueden llegar a costarte un disgusto. Hay una fórmula para conseguir el orgasmo mediante el dolor extremo, pero eso supone que hay una delgada línea que no debes cruzar.

Físicamente no es viable estar todo día manteniendo relaciones sexuales, el cuerpo humano no está preparado para eso. Puede llegar un momento en el que esta adicción te provoque heridas en los genitales.

Sientes un deseo compulsivo

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Las personas que tienen más probabilidades de padecer esta enfermedad son las de menos autocontrol. Suelen fumar, beber e incluso consumir drogas. No son capaces de decir que NO a ninguna cosa y en el tema del sexo no es distinto.

No puedes contenerte y cualquier cosa que veas te recuerda al sexo. No miras a las personas como personas si no como posibles candidatos sexuales.

Cuando no practicas sexo puedes estar de mal humor, estresado y angustiado, es una necesidad que tienes porque ha pasado de ser una mera diversión a una adicción que no puedes controlar y llegados a este momento necesitas ayuda.

Cuando lo usas como excusa

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La mayoría de las adicciones comienzan por alguna razón. Cuando usas el sexo para sentirte valorado o cuando estás solo y triste, no estás buscando mantener relaciones, si no más bien estar acompañado.

No es necesario que tengas sexo con alguien para no sentirte mal contigo mismo, de seguro que hay muchas personas a las que les gustas más cuando estás vestido.

No puedes intentar mitigar otros problemas ocultos con sexo, como, por ejemplo, una depresión, un trastorno psicológico, una baja autoestima o incluso traumas infantiles.

Todo tiene un porqué y no debes usar el sexo como tapadera.

Tienes una dependencia

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Cuando tu vida cotidiana se ve afectada por una adicción y entorpece tu día a día porque no puedes evitar darle prioridad al sexo antes que a otra cosa se considera entonces que tienes una adicción o dependencia.

Es como cuando vas a dejar de fumar. Siempre hay un motivo por el cual fumarte un cigarro más, pues con esto también sucede igual. Te dirás una y otra vez es la última, una más no me hará daño.

Piensa cuántas veces te dices “luego lo hago”, “tengo tiempo” o “ese trabajo tampoco era tan bueno”. Todas esas frases son las que una persona dependiente dice para no sentirse mal consigo mismo.

El problema de las adicciones es que cada vez necesitas un poco más porque tu cerebro se acostumbra y pide una dosis mayor.

No logras una relación estable

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Que tu pareja aguante el ritmo de un adicto al sexo no es algo que suceda con normalidad. Así que como consecuencia tienes que buscarlo en otras personas siendo infiel y creándote otro problema más.

Si eres adicto al sexo la mayoría de las veces te sentirás solo, ya que tu única intención es utilizar a la otra persona, aunque no sea afín a ti en ningún sentido.

Mantener una relación funcional y estable en un adicto al sexo es imposible a no ser que tu pareja acepte que estés con otras personas, cosa que es efectivo en contadas ocasiones. Al final los celos, las dudas y las peleas entran en acción y tu vida en pareja se puede convertir en un infierno.

Un adicto al sexo puede recurrir también a la pornografía para intentar autocomplacerse solo, pero finalmente buscarán a otra persona o personas.

Niegas el problema

pareja con adicción

Negar que tienes un problema e incluso ponerte a la defensiva cuando te lo dicen es de los primeros síntomas de que realmente SÍ tienes una adicción.

Tú no controlas la adicción, ella es la que lo hace. Tanto con las drogas como con el alcohol o el sexo, ellos son los que manejan tu vida a su antojo. Cuando esto sucede te quedas sin familia, sin amigos, sin trabajo y sin excusas.

Piensa que el sexo debería ser algo normal y placentero que surge y no algo que buscas de forma compulsiva a todas horas y que mantienes en tu cabeza todo el día. En el instante en el que reconozcas que tienes un problema será cuando puedes comenzar a ponerle solución.

Tu vida es sexo

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Tu mundo gira en torno al sexo. Tu vida ha dejado de existir tal y como la recordabas. Tienes una obsesión insana por acostarte con todo el que se te ponga a tiro y eso lo único que conseguirá es que seas una persona con un alto riesgo a sufrir depresiones. Ya que no siempre serás correspondido y eso bajará tu autoestima.

Es fácil comenzar a ponerles freno a las adicciones, tan solo tienes que decir: Quiero curarme. No es sencillo, pero con ayuda puedes conseguirlo. No se trata de que te vuelvas eunuco. El sexo está para disfrutarlo, no para padecerlo.

Acude a un especialista y que te derive a un psicólogo o a un psiquiatra que trate estas adicciones. Hazle caso y sobre todo PON DE TU PARTE.

Pregúntate si quieres vivir así el resto de tu vida y, lo que es aún más importante, pregúntate si realmente tienes vida en estos instantes.