La cadena de hoteles Meliá no teme la activación del título III de la Ley Helms-Burton por parte de EEUU en Cuba. La compañía mantiene la previsión de abrir cuatro hoteles en 2020 en régimen de gestión. El mismo régimen al que se amparan para desafiar la normativa de Trump a pesar de que fuentes de Meliá reconocen a MERCA2 que existe “incertidumbre sobre este tema”.
A mediados de abril fue cuando Trump levantó la liebre y anunció la aplicación de este título, que permite establecer demandas en tribunales de Estados Unidos contra quienes se beneficien de propiedades confiscadas por el castrismo. Meliá se siente segura teniendo en cuenta que las reclamaciones irían directamente contra los propietarios.
“Confirmamos la no propiedad de Meliá de bienes o participaciones de bienes que pudieran ser objeto de potencial reclamación tras su expropiación en la década de 1960, y afirmamos que, de dirigirse alguna reclamación contra algún hotel, nuestro papel sería el de meros gestores hoteleros, con un rol equivalente al del resto de actores de la cadena de valor del negocio turístico”, aseguraron en su día desde la compañía hotelera.
No obstante, esa preocupación que existe procede de los efectos colaterales de las posibles demandas sobre los propietarios de los hoteles que ellos mismos gestionan. Efectos que, a día de hoy, se desconoce que alcance podrían tener sobre la compañía española. De momento no se ha producido ninguna reclamación. Actualmente, la cadena tiene 35 hoteles en Cuba y abrirá otros cuatro en 2020, por lo que la cifra se elevaría a 39.
Durante el primer trimestre de 2019, Meliá abrió parcialmente el Meliá Internacional Varadero (en régimen de gestión con 946 habitaciones). En este sentido, se han puesto a disposición del público 200 habitaciones del resort de cinco estrellas, mientras que el resto se incorporarán en los próximos meses hasta junio.
En cuanto a la marcha de sus hoteles en la isla, “nos esperamos cambios significativos en nuestras operaciones de Cuba para el segundo trimestre del año, ya que nuestros hoteles situados en el país continuarán sufriendo las presiones competitivas de destinos alternativos y su efecto en precios”, apuntaron tras la presentación de resultados de su primer trimestre fiscal (que cerró con 11,5 millones de euros de beneficio, un 23,2% menos).
PREOCUPACIÓN EN ESPAÑA Y EUROPA
Esta semana la ministra de Turismo, Reyes Maroto, viajó a Cuba para reunirse con parte de la industria turística española con intereses en la isla. Cargada de buenas intenciones e importantes inversiones trató de tranquilizar a los hoteleros, aunque no ofreció ninguna solución eficaz.
Si bien es cierto, España trabaja activamente junto a la Comisión Europea, el resto de Estados miembros de la UE y otros socios internacionales en la adopción de todas las medidas oportunas, entre ellas el Estatuto de Bloqueo, una de las pocas opciones viables para hacer frente a la Ley Helms-Burton.
Su objetivo principal es proteger a los operadores de la UE que ejerzan actividades internacionales legales de comercio o circulación de capitales y actividades comerciales conexas con terceros países, de conformidad con el Derecho de la UE, según el Reglamento Delegado (UE) 2018/1100 de la Comisión. Desde 1996, el estatuto de bloqueo se ha aplicado principalmente a las sanciones extraterritoriales de los Estados Unidos en relación con Cuba.
Este mecanismo permite a las compañías afectadas pueden reclamar para obtener una compensación por daños ante los órganos jurisdiccionales. Sin embargo, los expertos alertan de que la adopción de este estatuto no es tan sencillo como parece. Por ello, la incertidumbre parece que seguirá planeando sobre las hoteleras españolas.