Los gobiernos de Francia y Alemania han comunicado a la Comisión Europea su intención de crear un consorcio de producción de baterías para vehículos eléctricos y esperan que Bruselas de un visto bueno «técnico» al proyecto para seguir avanzando en su creación.
Así lo han reconocido este martes tanto el vicepresidente del Ejecutivo comunitario para la Unión de la Energía, Maros Sefcovic, como la secretaria de Estado de Asuntos Económicos y Energía del gobierno alemán, Claudia Dorr-Voss, en una rueda de prensa posterior a la tercera reunión ministerial de la Alianza de las Baterías de la UE en Bruselas.
La política alemana, además, ha explicado que el ministro de Economía de su país, Peter Altmaier, se reunirá este jueves con su homólogo francés, Bruno Le Maire en París y tratarán este asunto. Dorr-Voss ha señalado además que se trata de una iniciativa «bastante madura» a la que pueden unirse otros países.
UN ACUERDO PSA-SAFT
Según publicó este lunes la agencia de noticias Reuters, el consorcio estaría formado por el Grupo PSA, a través de la firma alemana Opel, y por el fabricante francés de baterías Saft.
Sefcovic, por su parte, ha confirmado que las autoridades comunitarias han recibido la carta de los dos Estados miembros, en la que también detallan cuánto apoyo de fondos europeos sería necesario, pero no ha detallado la cifra.
El eslovaco, en cualquier caso, ha remarcado la necesidad de tener una propuesta concreta «sobre la mesa» para junio, de forma que la Comisión Europea pueda emitir una decisión al respecto en octubre, antes de que finalice su mandato y comience a andar el nuevo Ejecutivo comunitario.
A nivel más general, Sefcovic ha celebrado los avances conseguidos desde que hace 18 meses se creará la alianza con el objetivo de reducir la desventaja en la producción de baterías eléctricas con respecto a otros competidores globales como China o Estados Unidos.
«NUESTROS COMPETIDORES EUROPEOS SE ESTÁN PREOCUPANDO»
Desde entonces, ha destacado, se han establecido consorcios transfronterizos en el bloque comunitario cubriendo todos los segmentos de la cadena de valor: desde materias primas (Suecia, Finalndia y Portugal), hasta productos químicos (Bélgica y Polonia), producción de células (Suecia, Francia, Alemania, Italia y República Checa), empaquetado, software y herramientas de maquinaria (fabricantes de Alemania, Francia, España y Eslovaquia) y reciclaje (Bélgica y Alemania).
«Puedo decirles que nuestros competidores no europeos se están preocupando. Pero al mismo tiempo, no podemos ser ingenuos porque nos estamos poniendo al día lentamente», ha señalado el eslovaco, quien ha apostillado que el objetivo en última instancia es conseguir que «campeones europeos» sean capaces de integrarse en cadenas de valor globales de la misma forma que sus competidores extranjeros están invirtiendo en Europa.