Durante 2018 se suicidaron siete policías nacionales. Un dato alarmante en un colectivo que, desde 2005, acumula más de un centenar de muertes (ver tabla) por la misma causa, muchas más que las producidas en acto de servicio. Pese a cifras tan alarmantes “la salud mental de los policías sigue sin ser un tema prioritario”, afirman desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP).
La crítica viene motivada por la ralentización en las reuniones entre la Dirección General de la Policía y los sindicatos más representativos para ultimar un esperado protocolo de prevención de suicidios con el que ya cuentan otros cuerpos como la Guardia Civil.
Desde el SUP detallan que la Dirección General de la Policía no ha vuelto a convocarles por esta cuestión desde el pasado 29 de noviembre tras un trimestre en el que tenían encuentros casi semanales. El temor es que el plan, que llevan pidiendo desde hace más de una década, quede en nada.
“Parecía que esta vez se lo tomaban muy en serio. Iba a muy buen ritmo. Tras ver las deficiencias de un primer borrador, se propuso un nuevo plan con medidas concretas como la creación de un equipo multidisciplinar de profesionales o un teléfono de asistencia, pero se paró todo”. añaden desde el sindicato.
Además, aseguran que en caso alguno, ese retraso en continuar avanzando en el documento se puede justificar en la bajada en el número de suicidios de 2018 (7 casos) frente a las 13 muertes registradas en 2017. En el descenso, apuntan, habría influido una mayor conciencia con el problema y las diferentes campañas de prevención emprendidas por los propios sindicatos en redes sociales.
Apenas una veintena de psicólogos para 70.000 policías en toda España
El temor de quienes trabajan en ese documento es que se diseñe un protocolo sin dotarlo de los medios humanos y materiales suficientes. “Sería papel mojado”, señalan. Como dato indican que, actualmente, existen apenas una veintena de psicólogos para 70.000 policías en toda España. A todas luces insuficiente, indican.
