El negocio geriátrico se suma al calor inmobiliario

La inversión inmobiliaria es una de las brújulas de la economía española. Allí donde se orienta suelen encontrarse las últimas tendencias y nuevos nichos de negocio, por lo que no es extraño que fondos de capital riesgo y otros inversores, tanto nacionales como internacionales, estén tomando posiciones en la industria de residencias para la tercera edad ¿Con qué objetivo? Consolidar un sector que crece al ritmo de una sociedad cada vez más envejecida. Mayor esperanza de vida, estructuras familiares que cambian…

El negocio geriátrico factura más de 4.350 millones de euros y, sólo entre 2015 y 2017, atrajo más de 2.000 millones de euros de inversión en operaciones inmobiliarias en España, según la consultora CBRE.

Hasta los años 90 y principios del 2000, la industria del cuidado de mayores estuvo dominada por las cajas de ahorros, constructoras y aseguradoras. Con la crisis, estas entidades fueron saliendo del sector y dando paso a los grandes inversores, cuya presencia entre los principales grupos geriátricos españoles ya es una constante.

Poco a poco, las residencias pequeñas van desapareciendo al no poder hacer frente a las exigencias administrativas ni competir con las grandes, por lo que el número de empresas que sacan provecho del cuidado de la tercera edad se reduce. Pero, ¿qué compañías dominan el mercado y qué negocio generan? En realidad, el gigante geriátrico español, DomusVi, solo existe como tal desde hace poco más de un año. Surgió de una compleja operación corporativa rentable y profética a la que, luego, ha sucedido una oleada de compras.

PAI Partners, el fondo galo propietario de Grupo Cortefiel junto a CVC y Konecta, compró Geriatros y SARquavitae, y los fusionó creando DomusVi

En sólo tres años, PAI Partners, el fondo galo propietario de Grupo Cortefiel -junto a CVC- y Konecta, compró los dos mayores operadores nacionales, Geriatros y SARquavitae, y los fusionó creando DomusVi, el mayor grupo de atención sociosanitaria de España. Aunque la discreción es regla obligada en el sector, aquella venta, realizada en 2017, se cifró en cerca de 2.000 millones de euros.

PAI vendió DomusVi a sus socios minoritarios -el fondo Intermediate Capital Group (ICG) y SRS, la sociedad holding del fundador del grupo, Yves Journel- con unas plusvalías muy atractivas. Hoy, DomusVi cuenta con una oferta de más de 24.000 plazas y un volumen de negocio que ronda los 530 millones de euros en España.

EL ORIGEN DE DOMUSVI

Desde entonces, los centros residenciales y geriátricos tienen un claro líder: GeriaVi, el holding español que opera bajo la marca DomusVi y a cuyo frente está Josefina Fernández. Una mujer que, pese a los sucesivos cambios accionariales, ha sabido mantenerse al frente de la gestión.

Josefina Fernández DomusVi Merca2.es
Josefina Fernández, CEO de DomusVi

“Durante estos años, he visto pasar a cinco inversores”, explicaba Fernández. “Caixanova, Magnum, PAI, ICG y Palamon en SAR, al que también conocí. A todos les expliqué lo mismo: la geriatría es cuidar a personas. El ebidta y el beneficio dependen de la calidad. Si queréis ganar dinero sin calidad, empieza la quiebra. Y lo entendieron perfectamente». La entrada de fondos en el negocio geriátrico no ha sido bien vista por algunos sectores, que perciben el cambio como una forma de “mercantilizar” la atención social y el derecho a recibirla.

Los elevados múltiplos pagados en las operaciones realizadas por los nuevos amos del negocio geriátrico español se enmarcan en la ronda de consolidación del sector, que vivió su momento dorado en 2015. Ese año, PAI se hizo con la gallega GeriaVi, que operaba bajo la marca Geriatros y era propiedad de Magnum, el fondo de Ángel Corcóstegui, por 300 millones de euros. Y, sólo un año después, el fondo galo compró SARquavitae al fondo Palamon y a la familia Gallardo por unos 440 millones de euros. Palamon, a su vez, también logró un retorno de tres veces lo invertido y unas ganancias próximas a los 140 millones de euros con la venta de SARquavitae a PAI. 

Grandes inversores han entrado en Domusvi, Vitalia y Amavir atraídos por los elevados retornos del negocio geriátrico

Una oleada de compras está transformando el sector para construir líderes nacionales y crear grandes grupos (plataformas), con los que ganar masa crítica y crear economías de escala. El líder, Domusvi, sigue acelerando su crecimiento a golpe de adquisiciones. Sólo en 2018 ha realizado cuatro compras: dos nacionales (las españolas Gerovida y Sarrikue) y otras dos internacionales.

En Latinoamérica, DomusVi se ha hecho con el 32% de la chilena Acalis y, en Portugal, ha adquirido el grupo luso Bellavida. Y es que, en plena concentración del sector, la unión hace la fuerza. Los cinco operadores principales apenas representan el 22% del mercado nacional y los 10 primeros cerca del 30%, según explican desde JLL.

DOMINIO FRANCÉS Y OLEADA DE COMPRAS

En el sector de servicios geriátricos hay un predominio del capital francés. El segundo operador por número de camas, Orpea Ibérica, es la filial española del gigante galo homónimo. En 2016, Orpea y Maisons de Famille, dos grupos franceses ya presentes en España, cerraron la adquisición de Sanyres y Amma, respectivamente. Desde entonces, la compañía geriátrica sigue creciendo con compras para ganar cuota de mercado. Actualmente ronda las 7.500 camas.

En 2018, se hizo con el grupo madrileño Ecoplar y con la Clínica López Ibor, con las que elevará sus ventas actuales, cifradas en unos 145 millones de euros. El otro referente del mercado con capital francés es Amavir, surgido de la fusión de Adavir y Amma, con casi 8.000 plazas y 4.000 trabajadores. Korian ha entrado también en España con la compra de un grupo geriátrico andaluz, reforzando la presencia francesa en el negocio nacional de los geriátricos.

En el podio nacional destaca también Vitalia Home, la compañía controlada por el fondo británico CVC, que en 2017 compró un 80% del grupo geriátrico a Portobello Capital, generando importantes plusvalías para el fondo español. Una muestra más del apetito internacional por la atención a la tercera edad en España. En la operación, CVC desembolsó unos 250 millones de euros.

El número de empresas que sacan provecho del cuidado de mayores, un sector en consolidación, es cada vez más reducido

Vitalia también se encuentra inmersa en un ambicioso plan de expansión, tanto de adquisiciones de residencias ya existentes como de compras de terrenos, con el que prevé alcanzar las 6.600 plazas para plantar cara a los grandes grupos. A la valenciana La Saleta Care, filial de la belga Armonea, las compras y la puesta en marcha de nuevos centros ya le han llevado a superar las 4.500 camas y a colarse entre los primeros puestos del ranking.

DÉFICIT DE PLAZAS

El mercado, históricamente fragmentado, se está volviendo más ágil. Pero, paradójicamente, pese a este baile de fusiones y grandes inversiones, las plazas en residencias de mayores en España aún están lejos de las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS). Las estadísticas revelan que no llegamos a los umbrales exigidos.

El sector geriátrico cuenta con 379.800 camas de las que 284.200 pertenecen a entidades privadas y en régimen concertado y 95.540 son plazas públicas. Estas cifras revelan una ratio de 4,3 camas por cada 100 personas mayores de 65 años, una tasa de cobertura inferior al 5% recomendado por la OMS

Uno de los retos del sector será hacer frente al desequilibrio entre oferta y demanda. Sobre todo si tenemos en cuenta que, en 2050, España será el segundo país del mundo con más población mayor de 65 años. Según el último estudio “Estado de la población mundial” publicado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), la esperanza de vida actual es de 81 años en los varones y de 86 en las mujeres.

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A esto se une el atractivo de nuestro clima, cultura y precios, que atraen a jubilados extranjeros, especialmente hacia el Mediterráneo y Madrid, dos de las zonas con más residencias. En este sentido, Lourdes Rivera, directora general de Amavir en España, comentaba la necesidad de buscar un modelo de financiación sostenible y equitativo y de potenciar la colaboración público-privada.

“La crisis ha sido muy dura, sobre todo, porque las tarifas que se han venido pagando por las plazas concertadas son claramente insuficientes en la mayoría de las Comunidades Autónomas. Y este problema sigue ahí, lo que ha llevado incluso a muchas residencias a renunciar a los conciertos, con lo que el problema se ha agravado también para las administraciones, al haber visto reducido el número de plazas que pueden ofrecer a los ciudadanos”.