En un continuo atasco. Así es como se encuentra el proyecto que debe de aliviar los accesos y salidas de la capital que colapsan la carretera A-1. Los responsables de descongestionar el tráfico, no sólo no lo han hecho, sino que han producido otra retención: la administrativa. Los papeles bloquean los despachos a la misma velocidad -o mejor dicho lentitud- que los vehículos circulan cada mañana por una las grandes arterias de acceso a Madrid.
Entre el Ayuntamiento de Madrid, con sus restricciones al coche privado, y el Gobierno Central, con su trabas administrativas, han convertido la circulación en un auténtico caos. Episodios de contaminación, pegatinas de la DGT, matriculas pares o impares para entrar en la capital, reducción de la velocidad… y así hasta completar una larga lista de medidas fomentadas por el consistorio de la capital y por el Ejecutivo Central. Pero, ¿dónde está la inversión? Porque hasta ahora lo único que ha sufrido el usuario son los ‘stopper’ de la administración. De crear y construir no se habla. Y menos que se hablará a tenor de las últimas noticias.
En esta guerra en la que se ha convertido circular por la capital y sus accesos destaca por encima de todas una ‘batalla’: la ampliación de la carretera A-1 (Madrid-Burgos) que afecta a cinco localidades madrileñas –Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Colmenar Viejo, San Agustín de Guadalix y El Molar-.
El Ministerio de Fomento afirma que por el trayecto que se intenta descongestionar circulan 210.000 vehículos -pico de densidad media diaria-. En este sentido, Alcobendas -113.000 habitantes- y San Sebastián de los Reyes -85.000 vecinos- son los municipios más afectados al estar cerca del punto kilométrico 14, donde se produce el mayor colapso. La imagen de los atascos en este trazado es igual o más castiza que la figura del oso y el madroño de la Puerta del Sol.
Desde finales del 2017, todos los afectados por esta situación viven con ilusión un proyecto iniciado por el Gobierno de Mariano Rajoy y que ahora, con el de Pedro Sánchez, atraviesa momentos de incertidumbre. En mayo del año pasado, el exsecretario de Estado de Infraestructuras, Manuel Niño, y el entonces consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid y hoy vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán, presentaron ante los medios de comunicación la futura variante de la A-1, que dibujaba un nuevo trayecto desde la M-12 hasta El Molar.
El proyecto dibujaba un inicio en el extremo norte del Eje Aeropuerto, en la M-12 y discurriría hacia el norte a lo largo de sus 9,5 primeros kilómetros hasta conectar con la autovía A-1 a la altura del enlace con la Urbanización Club de Campo y Circuito del Jarama en San Sebastián de los Reyes. A partir de ese punto el trazado sería paralelo a la actual A-1 y desde el kilómetro 26 se abriría una nueva opción de acceso a Madrid desde el Norte y hacia el Norte pasando por San Agustín de Guadalix hasta El Molar. Un trazado de 23,20 kilómetros y un presupuesto de 289 millones de euros, pero supeditado a las alegaciones y al estudio de impacto ambiental.
En diciembre del 2017, Fomento remitió toda la información del proyecto y las alegaciones presentadas al Ministerio de Medio Ambiente, para que emitiera la preceptiva declaración de impacto ambiental necesaria para que pudieran comenzar las obras. Pero el cambio de color del Gobierno Central atascó -aún más- la salida del proyecto. Porque el ministerio de Transición Ecológica -así lo rebautizó el PSOE- decidió en junio de este año 2018 reclamar más informes a Fomento, que permitieran dar luz verde a la ampliación de la A-1. El proyecto deceleraba y metía primera, como todos los disgustados conductores cada vez que llegan al kilómetros 14, a la altura de Alcobendas, cada mañana.
SIN FECHAS, NI PLAZOS
Desde junio a finales de noviembre, el más absoluto silencio. Ni un sólo ruido, como uno de esos coches eléctricos que tanto el Ayuntamiento de Madrid como el Gobierno Central pretenden que compren los ciudadanos a precio de oro para poder circular por la capital. El silencio se rompió el pasado 26 de noviembre. Ese día, Fomento envío una nota de prensa en la que José Luis Ábalos, titular de este ministerio, reafirmaba su compromiso con la mejora de las infraestructuras de transporte de la Comunidad de Madrid. Bajo el epígrafe ‘mejoras de accesibilidad de transporte público’, Fomento informaba que ya disponía de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la Variante de la A-1, cuyos requerimientos se estaban incorporando al Estudio Informativo en redacción.
MERCA2 se ha puesto en contacto con Fomento para preguntar sobre la actual situación del proyecto, pero el ministerio ha remitido a este medio a la ya citada nota de prensa. «No tenemos ninguna información al respecto ni tampoco plazos o fechas fijadas en este sentido», afirman en Fomento. Es decir, la ampliación continua atascada y sin noticias por parte de los responsables.
INTERESES POLÍTICOS Y URBANÍSTICOS EN LA A-1
Además, el anterior Gobierno Central se encontró con la oposición del ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes (PSOE), que ahora con el nuevo gobierno socialista ha visto como sus reclamaciones son escuchadas. Este consistorio había presentado alegaciones, ya que no le parecía adecuada la alternativa elegida, por su negativa incidencia sobre zonas residenciales e industriales. Ahora, con Sánchez en el poder se demora la alternativa y se estudia la ampliación de carriles de la A-1, que descongestionen el tráfico. Pero hasta ahora son tan sólo ideas, bocetos, promesas… Nada en negro sobre blanco.
A pesar de la incertidumbre generada al rededor del proyecto, algún medio de comunicación ha desarrollado la idea de la creación de una nueva burbuja inmobiliario en los municipios afectados, al calor de este todavía desdoblamiento ‘fantasma. En concreto, es ‘El País’ quien afirma que se ha disparado el interés por el ladrillo de pueblo como Pedrezuela, El Molar, El Vellón, El Molar o San Agustín de Guadalix. En este articulo se habla de un desbloqueo de la ampliación de la A-1 por parte de Sánchez y de Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid, pero MERCA2 no ha podido confirmar esta noticia con el protagonista principal de la historia, Fomento.
«NI UN ATASCO MÁS»
Desdoblamiento, variante, ampliación… todos términos que suenan muy bien, pero los afectados sólo quieren escuchar un verbo: «ejecutar». Porque los conductores que se agolpan cada día en esta carretera están hastiados de demoras en los proyectos, intereses políticos y especulaciones inmobiliarias. Lo único que reclaman es poder circular, al menos en segunda, durante más de un kilómetro seguido. «No quiero tragarme un atasco más», sentencia uno de los usuarios que sufren este colapso, cada día.