Francisco González encara la recta final de su etapa al frente del BBVA tras 22 años al frente de la entidad bancaria. En el trono le relevará su mano derecha, Carlos Torres, clave en el proceso de expansión internacional y transformación digital del segundo banco español.
El hasta ahora presidente de la compañía cerrará trayecto laboral a finales de año y sin cumplir todavía las 75 primaveras. Su objetivo final es que el cambio en la cúpula del banco se haga sin que provoque efectos traumáticos y no caer ni en «tutelas ni tutías».
FG ha hecho un balance condescendiente en su adiós por el hecho de que el 40% de las ventas del BBVA y la mitad de sus clientes provienen de la ecosistema digital. También se muestra satisfecho por no haber ‘picado’ en proyectos gubernamentales como Bankia o la Sareb, muestra de independencia con la que intentaba compensar su ‘pecado original’.
LA CONCESEDENCIA DE FRANCISCO GONZÁLEZ
González explicaba en una entrevista concedida a El Mundo que «probablemente tendría que haberme retirado antes. Tampoco es normal llegar a los 73 años en un trabajo como éste. Y si no lo he hecho antes es porque no fui capaz de ensamblar un equipo para llevar a cabo todo eso por lo que yo estoy luchando desde hace tanto tiempo: la transformación de un banco convencional en una compañía digital global, que es algo muy complejo».
Sobre Torres afirma: «Es un crack y lo verán en el tiempo. Está rodeado de una gente magnífica, el Consejo está muy involucrado. Yo ahora no puedo aportar mucho más. ¿Por qué no darles paso ahora, por qué no irme en un momento en que el banco está fenomenal, cuando van a venir cosas muy buenas?.
Aunque el mundo político también ocupa sus pensamientos y los de Torres, que afirma que «la framentación política y las tensiones en Cataluña generan una incertidumbre que no es buena. Los agentes económicos no hacen inversiones ni proyectos de futuro. De hecho, la incertidumbre puede haber tenido ya impacto«. Es decir, que con el bipartidismo vivían mejor.
EL LEGADO REAL DE FRANCISCO GONZÁLEZ
Francisco González también deja claro que Carlos Torres tendrá las manos libres para hacer y deshacer: «No me quedo con ningún cargo en el grupo, ni en el banco ni en la fundación. Lo voy a dejar todo (…) No he preguntado a Carlos Torres quién va a ser su consejero delegado o quiénes van a formar parte de su equipo. Le he dicho, siéntete libre y trabajando con el consejo que tiene la última palabra, forma tu equipo».
«No he preguntado a Carlos Torres quién va a ser su consejero delegado o quiénes van a formar parte de su equipo. Le he dicho, siéntete libre y trabajando con el consejo que tiene la última palabra, forma tu equipo».
Lo peor de FG es que se niega a hacer ningún tipo de autocrítica: afirma que lo peor de la crisis turca ya ha pasado, afirma que nunca le interesó una fusión con Bankia porque la política actual de BBVA no conjuga con la compra de bancos físicos, y carga contra Zapatero, que al menos no utilizó su influencia para poner y quitar banqueros como hicieron Aznar o Felipe González.
Es una pena que un personaje de esta talla se niegue a admitir errores y se dedique al apocalipsis con la intención de que no se hable de su legado. Por eso muestra frustración por la imagen internacional de España, afirma que nuestro país está paralizado desde hace dos años y predice una inmediata desaceleración económica.
SUS CUATRO LAMPARONES
Ni la negatividad habitual de Francisco González puede tapar que fue designado por Aznar y Rato para asumir la entidad, que el BBVA es el banco menos rentable en lo que llevamos de siglo, que su obstinada expansión internacional ha sido errática por sus inversiones en Turquía, China o Venezuela y que el Santander, al que el BBVA superaba a la llegada de FG, le duplica en valor. Cuatro lamparones se lleva el veterano banquero, incapaz de admitir ningún error relevante.