La inestabilidad del mercado turco podría ensombrecer la jubilación de Francisco González al frente del BBVA. Estos últimos días la subida de tipos de interés ha supuesto un cierto alivio en la crisis de divisas e inflacionista que está sufriendo Turquía, sede de la segunda filial del banco español, Garanti, del que BBVA controla casi el 50% del accionariado.
Aun así el segundo banco español no se ha repuesto de los 10 días negros de agosto, donde la compañía tuvo una pérdida de valor bursátil de 3.500 millones de euros, situación que suponía la puntilla para una pesadilla otomana pese a los intentos de resistencia de FG, incapaz de explicar que ahora mismo no podría recuperar si quiera una cuarta parte de su inversión en Turquía, 7.000 millones de euros
FG no ha podido emular el triunfo español frente al otomano en el siglo XVI y cual Cervantes en Lepanto se ha dejado pelos en la gatera. Unos pelos que podrían ejercer de palanca para que se ejecute una de sus maniobras habituales: decapitar entre las plantas nobles para eludir sus responsabilidades.
¿Será Carlos Torres Vila el sexto número dos caído en desgracia en la compañía por obra y gracia de Francisco González? Al veterano presidente no le tembló el pulso en su día para modificar los estatutos para eternizar su carrera y forzar así la salida de José Ignacio Goirigolzarri y tampoco tuvo remordimientos en decapitar a su delfín, Ángel Cano, con la excusa de que éste no quería precipitar la transición del BBVA hacia el mercado digital.
EL TAPADO DE FRANCISCO GONZÁLEZ
El guión diseñado por el BBVA señala que Francisco González dejará el sillón presidencial en octubre de 2019 al cumplir 75 años a manos de Torres Vila, pero éste mira de reojo a Jaime Caruana, que tras negar tres veces que relevaría a FG se integró en febrero en el consejo de administración de la compañía tras volver de su periplo internacional. En el Banco de España el nuevo gobernador, Pablo Hernández de Cos, mira con recelos el traspaso de poderes, pero al menos el BBVA respira tras saber que con el Gobierno de Pedro Sánchez mantendrán el mismo tono cordial que con Zapatero o Rajoy.
Pero en junio había miedo en Francisco González, poco proclive a que la petición estrella económica de Unidos Podemos le machacase los números. Pablo Iglesias exigía la creación de un impuesto que gravase los beneficios de la banca para compensar el déficit de la seguridad social. Y el aspirante al trono, Torres Vila, tuvo que fajarse para evitarlo con un desplante público al Gobierno.
EL DESPLANTE DEL NÚMERO DOS DE FRANCISCO GONZÁLEZ
El revés se produjo en la inauguración del seminario veraniego de la santanderina Universidad Menéndez Pelayo, donde el CEO se encontraba junto a la nueva ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. Torres Vila, abordado por los diversos informadores, dejó claro que creía que el impuesto a la banca era «una medida errónea» cuya «justificación viene del rescate, que no fue a la banca sino a las cajas de ahorro para que los depositantes no perdieran dinero. o hay que hacer muchos experimentos ni perjudicar a un sector concreto creando«.
El número dos del BBVA también explicó que el impuesto generaría «distorsión de la actividad económica«, dejando claro que podían cortar el grifo crediticio: «Supone peor asignación del crédito y lo hace más inaccesible«. Pablo Iglesias sin embargo hizo oídos sordos y en el estreno del curso político afirmó en Telecinco que «a la gente trabajadora no hay que tocarles los impuestos. Los bancos, hombre, que se aprieten el cinturón, que se esfuercen». Sin embargo los morados ya saben que el Gobierno ha aparcado el impuesto y la compensación será la tasa Tobin, que gravará las transacciones económicas.
OTRAS DUDAS SOBRE FRANCISCO GONZÁLEZ
Si Torres Vila accede a la presidencia del BBVA quedaría libre el sillón del CEO, al que aspiran entre otros Ricardo Forcano, Juan Asua y Jorge Saénz-Azcúnaga. Francisco González cuenta los días para marcharse y lo hará con un patrimonio de más de 100 millones de euros bajo el brazo. No tendrá fácil explicar que cuando accedió a la presidencia del BBVA éste era el primer banco español y ahora el Santander le duplica en valor, siendo Francisco González el responsable directo que su banco sea el menos rentable en lo que llevamos de siglo.
Su miopía internacional, Turquía, China o Venezuela, ha impedido en pulso igualado contra los chicos de Botín, pero al menos la compañía recibe alegrías desde México, donde su principal filial, Bancomer, no deja de dar beneficios pese a los más de 1.500 despidos que ejecutará, dicen que para precipitar la manida transformación digital que pese a los buenos números de BBVA en este campo sirve más como recurso teórico, «nuestro rival es Google y no otros bancos«, o como dulce discurso que exhibir en esos chirriantes saraos patrocinados por los distintos bancos españoles en los que se conjugan aburrimiento generalizado y postureo buenista en un mar plagado de tiburones.