Nikos Chrysoloras y Viktoria Dendrinou para Bloomberg
Un bloque de países de Europa del Este abogó por un endurecimiento de la política de inmigración de la Unión Europea (UE), preparando el escenario para un acalorado intercambio en la cumbre de este jueves.
Cuando se trata del futuro del euro, “la brecha es entre el Norte y el Sur, cuando se trata de migración, se encuentra entre Oriente y Occidente”, comentó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. “Estas divisiones van acompañadas de emociones que dificultan la búsqueda de un lenguaje común”.
Los líderes de la UE están en Bruselas para discutir la defensa, la política exterior y el estado de las negociaciones sobre la retirada del sindicato del Reino Unido. Entre los temas más divisivos está el de las cuotas obligatorias para la asignación de refugiados entre los estados miembros.
“Algunos burócratas de Bruselas continúan organizando y promoviendo la migración ilegal”
En una nota enviada a los jefes de Estado y gobiernos antes de la reunión, Tusk calificó las cuotas como “ineficaces”, lo que generó críticas del comisionado de migración de la UE, que calificó el documento de “antieuropeo”. Tusk propuso un enfoque centrado en frenar los flujos migratorios fuera del bloque, omitiendo cualquier referencia a la necesidad de distribuir la carga internamente.
“Algunos burócratas de Bruselas continúan organizando y promoviendo la migración ilegal”, advirtió en un comunicado el ministro de Asuntos Exteriores y Comercio de Hungría, Peter Szijjarto. “Donald Tusk está siendo atacado de manera vil y mojigata por quienes han representado durante años la política de migración evidentemente equivocada de la Comisión Europea”.
Europa del Este unida
Durante la cumbre, la propuesta de Tusk recibió el apoyo de países como Polonia, Hungría, Eslovaquia y la República Checa, y el rechazo de Alemania y Grecia.
Los llamados países del Grupo de Visegrado emitieron un comunicado diciendo que “la presión migratoria sobre Europa solo puede abordarse de manera eficiente asegurando la protección de las fronteras externas, al mismo tiempo que se abordan las causas”.
El grupo también anunció que destinará 35 millones de euros para un proyecto que busca proteger las fronteras del bloque en Libia. El dinero fue bienvenido por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Dijo que el ofrecimiento era una muestra de solidaridad. Sin embargo, ésta única acción no es suficiente.
“Estas divisiones van acompañadas de emociones que dificultan la búsqueda de un lenguaje común”
“No sólo necesitamos solidaridad para controlar y dirigir la migración en el exterior”, expresó la canciller alemana, Angela Merkel. “También la necesitamos en el interior, no puede haber solidaridad selectiva entre los miembros de la UE”.
Más división
Las discrepancias no terminan con la migración. Hungría y Polonia también fueron acusados, por algunos de sus socios de Europa occidental, de socavar el estado de derecho, faltar el respeto a las decisiones del bloque e incitar al odio racial.
La Comisión Europea discutirá sobre Polonia el 20 de diciembre, según Frans Timmermans, vicepresidente del brazo ejecutivo del bloque. Cuando los periodistas le preguntaron si el organismo lanzaría un procedimiento legal que podría resultar en sanciones contra Polonia, Timmermans se negó a responder.
